Si los alimentos ya son buenos por ellos mismos, cuánto más no lo serán si van dentro de otros. Los rellenos, tanto salados como dulces, son una agradable sorpresa no sólo para el paladar, que experimenta la mezcla de sabores, sino para la vista.
Desde cacarnes y pescados rellenos, hasta las clásicas emempanadas, que lo admiten todo, pasando por riquísimos popostres(cañas y píos de crema, brazos de gitano, ...) y cómo no, frfrutas y verduras rellenas,
La variedad es infinita, el límite lo pones tú.