Polenta cremosa perfecta: la receta fácil y reconfortante
La polenta es uno de esos platos humildes que, con el tiempo y la paciencia justa, se transforman en pura cocina de confort. A base de harina de maíz , ha alimentado a generaciones: en el norte de Italia forma parte de su identidad, y en muchas zonas de España fue un recurso básico en épocas de escasez, cocinada como gachas o dejada enfriar para cortarla en porciones y freírla. Hoy se disfruta en versiones mucho más cuidadas. Con leche, mantequilla, parmesano y una pizca de nuez moscada, se convierte en una crema suave y fundente, ideal para acompañar guisos de carne, verduras asadas o, simplemente, para saborear sola, con un chorrito de buen aceite de oliva. Un plato sencillo que demuestra cómo un ingrediente humilde puede convertirse en un lujo cotidiano.
Ingredientes
4
Materiales
- Cacerola
- Cuchara de madera
Preparación
Preparación5 min
Cocción40 min
Verter el agua y la leche en un cazo de fondo grueso. Añadir la sal y la nuez moscada, mezclando bien.
Cuando el líquido rompa a hervir suavemente, retirar el cazo del fuego y añadir la polenta en forma de lluvia, removiendo sin parar con unas varillas o una cuchara de madera para evitar grumos.
Volver a poner el cazo a fuego bajo y cocer durante unos 40 minutos, removiendo con frecuencia, hasta que la mezcla quede lisa y cremosa.
Al final de la cocción, incorporar la mantequilla y el parmesano rallado, removiendo bien hasta que se absorba por completo.
Si la polenta queda demasiado espesa, añadir un poco de leche caliente y remover hasta obtener la textura deseada.
Pasar la polenta a los platos, espolvorear con pimienta negra recién molida y servir inmediatamente bien caliente. ¡Y listo!
FAQ ❓
¿Qué es la polenta?
La polenta es simplemente harina de maíz cocida, que puede ser de molienda gruesa, media o fina. No hace falta buscar un paquete que diga “polenta”: la harina de maíz de cualquier supermercado sirve. Eso sí, los tiempos de cocción cambian según el tipo, por lo que conviene seguir siempre las instrucciones del envase.
¿Cuáles son los trucos para una polenta cremosa y sin grumos?
El secreto está en añadir la polenta poco a poco al líquido caliente (agua y leche), en forma de lluvia, sin dejar de remover con varillas. Cocinarla a fuego bajo y con paciencia es clave. El toque final de mantequilla, queso y una pizca de nuez moscada marca la diferencia en textura y sabor.
¿Se puede hacer polenta solo con agua?
Sí, se puede preparar solo con agua y sal, aunque el resultado será menos cremoso. Para una polenta más suave y sabrosa lo mejor es combinar agua y leche, y añadir mantequilla o aceite de oliva al final.
¿Puedo preparar la polenta cremosa con antelación?
Sí. Una vez hecha, la polenta se conserva en la nevera 2-3 días. Para recuperarla cremosa basta con calentarla de nuevo a fuego lento, añadiendo un poco de agua o leche y removiendo bien hasta que recupere la textura original.
¿Cómo conservar los restos de polenta cremosa?
Guárdalos en un recipiente hermético en la nevera hasta 2-3 días. Si la polenta se espesa demasiado, puedes recalentarla con un poco de líquido. Otra opción es dejarla enfriar, cortarla en porciones y dorarla a la plancha o al horno.
¿Se puede congelar la polenta casera?
La polenta cremosa no congela bien porque pierde su textura. En cambio, la polenta firme (dejada enfriar y cortada en trozos) sí puede congelarse y después recalentarse a la plancha, al horno o en la freidora de aire.
Nutrición
para 1 porción / para 100 g
Calorías: 339Kcal
- Carbohidratos: 42.5g
- Grasa total: 12.8g
- Grasa sat.: 8g
- Proteínas: 12.7g
- Fibras: 1.6g
- Azúcar: 7.8g
- ProPoints: 9
- SmartPoints: 12
Información nutricional para 1 porción (355g)
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