Pizza casera. Trucos para hacer la masa perfecta.

La mayoría de restaurantes, pastelerías, obradores o pizzerias poseen una cámara con la temperatura y humedad perfecta para obtener una masa levada lo antes posible. Lo más normal es no tener una cámara de fermentación en casa, y a veces, no disponer de tiempo. Por ello, podemos crear nuestro propio microclima con el horno.

Tan sólo debemos poner el horno al mínimo! a menos de 40º. Si vuestra masa sobrepasa esa temperatura en la etapa de fermentación, la levadura muere, y deja de subir. Dejando una masa dura. Si vuestro horno no tiene esa opción, y el mínimo de temperatura supera los 40º, precalentaréis el horno 5 minutos con un vaso de agua en el interior ( para crear vapor) y lo apagaréis. Teniendo un termómetro cerca, controlando la temperatura hasta que llegue a 40º ó 38º. Es entonces cuando meteréis vuestra masa tapada con un paño húmedo.

De esta manera, vuestra masa habrá doblado volumen a los 30 min. más o menos (como mínimo). En comparación de las 3 horas a temperatura ambiente (en invierno).

Luego tan sólo nos quedaría volver a amasar (una vez doblado el volumen) y estirar.

Antes de colocar todos los ingredientes sobre la pizza, es aconsejable darle un golpe de calor a la masa en el horno. De este modo, no nos arriesgamos a que pueda quedarse cruda por el centro al colocar los ingredientes húmedos sobre ella.

Por lo que metemos nuestra masa estirada en el horno durante 5 ò 6 min. a 200º. Sacamos y colocamos el tomate, queso, bacon... y todos vuestros ingredientes favoritos. Volvemos a poner la pizza en el horno, a la misma temperatura unos 15 min. más.

Cuando esté lista, sacar y comer! Si observáis que vuestra pizza necesita 5 min. más, sin problema lo dejáis más tiempo.