Una técnica muy fogosa: el flambeado

Desde que, en 1895, Henri Carpentier, camarero de profesión, prendiera fuego, por accidente, a una sartén en la que preparaba unos crepes, y el resultado quedara más apetitoso que el tradicional, el flambeado no ha dejado de ser una técnica culinaria bastante atractiva y usada. De hecho, a mediados del pasado siglo, en pleno auge de la nouvelle couisine, no había festín de postín en el que este "juego pirotécnico", no dejara boquiabiertos a invitados y comensales. El metre, inmaculado y ataviado a la francesa, salía al salón, con todos los ingredientes ordenados en su geridón (una mesita auxiliar) y, delante de los invitados, prendía fuego al plato para sorpresa de todos.

Lo cierto es que, la comida flambeante no es sólo un evento vistoso, llamativo y espectacular; se trata de una técnica culinara capaz de aportar complejidad, sabores y matices que no podemos conseguir de ningún otro modo.

Aunque parezca una cosa complicada, en realidad no lo es si sigues todos los consejos que te damos a continuación :)