13 recetas con yemas de huevo para aprovecharlas con ingenio y convertirlas en postres irresistibles
Te sobran yemas. Has montado claras para un merengue, un bizcocho o una mousse, y ahora tienes en la encimera un bol con ese líquido dorado que no sabes si guardar o tirar. En realidad, lo que tienes delante es una oportunidad: las yemas son la base de cremas, flanes, helados y salsas dulces que transforman cualquier resto en un postre con técnica. En este artículo encontrarás cómo aprovecharlas, por qué funcionan tan bien y qué recetas te permitirán darles nueva vida sin complicarte.
El valor de las yemas en cocina
La yema es el alma grasa del huevo: la que da cuerpo, color y suavidad a todo lo que toca. Contiene lecitina, una sustancia capaz de unir agua y grasa, y es precisamente ese equilibrio químico el que sostiene buena parte de la repostería clásica. Su función es silenciosa pero decisiva: una yema da brillo a una crema pastelera, estructura a un helado, espesa una salsa inglesa o aporta esa textura aterciopelada que convierte unas simples natillas en un recuerdo.
También en la cocina salada su poder es innegable: liga una holandesa, redondea un puré o da profundidad a una mayonesa casera. Pero hoy nos quedamos en su territorio más seductor, el dulce, donde las yemas son el músculo invisible de los grandes postres.
Postres que nacen del descarte
La historia de la repostería está llena de accidentes felices. En los conventos andaluces, las monjas usaban las claras para clarificar vinos o almidonar ropa litúrgica, y con las yemas que sobraban nacieron los tocinillos de cielo, las yemas de Santa Teresa o las natillas. En Francia, el exceso de claras montadas para un macaron o una dacquoise se compensaba con el lujo dorado de una crème brûlée.
En Italia, el zabaglione, una emulsión de yemas, azúcar y vino dulce montada al baño maría, convirtió la escasez en virtud. En Portugal, las gemas de ovos siguen tiñendo de oro los pasteles de Belém. Y en América Latina, las yemas se transforman en flanes, alfajores y suspiros limeños: el mismo gesto de aprovechamiento convertido en tradición.
Esa es quizá la mayor lección de las yemas: que lo que parece un resto puede ser el principio de algo delicioso.
¿Cómo aprovecharlas? Descubre nuestras mejores ideas
Aún hoy nos enfrentamos al mismo dilema que aquellas monjas o pasteleros de otro tiempo: ¿qué hacer con las yemas que sobran? En esta selección encontrarás tanto postres como cremas y coberturas clásicas de pastelería en las que la yema de huevo juega un papel fundamental.
Cremas y coberturas a base de yema de huevo
Patricia González












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