Sopa de cordero con hierbabuena
Esta sopa de cordero con hierbabuena no es para impacientes: hay que cocer, colar, deshilachar y dejar que el caldo se concentre en lo que importa. Lleva especias —las justas—, un toque picante si se quiere, y al final, la hierbabuena: no es adorno, es el giro fresco que lo cambia todo. Reconforta, llena, y tiene ese punto entre tradicional y cañero que la hace perfecta para quienes buscan cuchara con sustancia y sabor con memoria.
Ingredientes
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