19 untables caseros para preparar unas tostas navideñas con estilo y mucho sabor
En un aperitivo, las tostas son casi la carta de presentación del menú. Coges una al vuelo, le das un bocado… y en ese momento se decide todo: o te conquista sin esfuerzo, o te hace pensar que unos cacahuetes de toda la vida habrían cumplido mejor. Por eso importa cuidarlas: deben ser bocados pequeños pero generosos, con buena presencia, color, contraste de texturas y, sobre todo, fáciles de montar para que no den más guerra de la cuenta.
Y para conseguirlo, hace falta algo más que pan tostado. Necesitamos bases sabrosas, cremosas, bien equilibradas, que sujeten el conjunto y aporten carácter. Por eso reunimos aquí 19 cremas y untables que funcionan de maravilla para preparar tostas con auténtico espíritu festivo: sencillas, vistosas y cargadas de sabor.
Descubre nuestras recetas a continuación:
Algunos consejos para que las tostadas salgan perfectas
1. Tuesta siempre el pan
Aunque sea del día. Tostarlo elimina la humedad superficial, evita que el pan se ablande al poner la mezcla encima y aporta la estructura que necesita un buen bocado. Mejor un tostado medio: crujiente sin quemarse, para conservar aroma y elasticidad.
2. “Bocado pequeño, sabor grande”
Las mejores tostadas son las equilibradas. Una capa fina, bien aliñada, tiene más impacto que cubrir el pan en exceso. Un toque ácido (limón, vinagre suave) o un matiz umami (anchoa, parmesano, ahumado) realza el sabor sin saturar.
3. Unta en el último momento
El pan tostado absorbe humedad muy rápido. Para mantener el crujido, la mezcla debe ponerse al final. Si necesitas adelantar trabajo, aplica antes una fina capa de grasa (mantequilla, queso crema o un poco de aceite) que actúa como barrera y retrasa que el pan se reblandezca.
4. Añade un toque final
Hierbas frescas, ralladura de cítricos, frutos secos picados o especias no son un adorno: aportan aroma, textura y frescor.
El truco profesional está en el contraste de texturas: algo crujiente sobre algo cremoso, algo fresco sobre algo graso. Un detalle basta para elevar el conjunto.
¿Y qué panes o bases funcionan realmente bien?
- Rebanadas finas de pan de payés o de centeno: Estructura firme y sabor profundo: aguantan bien mezclas húmedas y toppings intensos. Tostados ligeramente, mantienen crujido y carácter.
- Tortas de aceite tipo Inés Rosales: Dulzor suave y crujido delicado. Perfectas para combinaciones dulce–salado y para aportar un toque festivo sin esfuerzo.
- Pan de nueces: Aroma, textura y un punto dulce muy sutil. Ideal con quesos, patés y cremas vegetales.
- Brioche tostado: Magnífico para combinaciones dulce–salado. El tostado le da estabilidad y evita que se rompa con mezclas cremosas.
- Blinis: Base estable y ligeramente elástica. Funcionan muy bien con preparaciones delicadas porque no absorben en exceso.
- Crackers de buena calidad: Muy crujientes y de sabor neutro. Idóneos para untables densos y toppings finos.
- Pan negro: Sabor intenso y notas tostadas. Combina especialmente bien con ingredientes marinos y cremas con matices yodados.
Adèle Peyches


















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