Un menú navideño por menos de 10 euros por persona: una celebración posible, elegante y muy económica
Celebrar la Navidad sin disparar el presupuesto es un reto cada vez más habitual, pero no por ello menos ilusionante. España tiene una tradición gastronómica que demuestra, año tras año, que la fiesta no depende del precio del mercado, sino de la manera en que uno decide cocinar, combinar y presentar los platos. La clave está en apostar por ingredientes accesibles, técnicas sencillas, una presentación bonita y una planificación sensata que permita disfrutar más del momento y menos de las cuentas. Con ese espíritu, proponemos un menú navideño completo, equilibrado y sorprendentemente económico, pensado para seis personas y adaptable a cualquier mesa familiar.
La intención no es renunciar a la elegancia, sino defender la idea de que un menú bien construido puede ser festivo sin ser caro. Unos aperitivos vistosos, un entrante cálido que invita a sentarse, un principal con presencia y un postre que cierre la comida con brillo bastan para crear una experiencia memorable. Este menú demuestra que la creatividad gastronómica puede marcar la diferencia en nuestro bolsillo.
Aperitivos para compartir
El aperitivo es ese momento en el que todo el mundo llega con hambre, con ilusión y con ganas de picar absolutamente todo. Todo tiene que ser apetecible, visualemtne atractivo y, como nos ocupa en este artículo, tiene que ser un aperitivo navideño barato. Y no vale confundir, que algo sea económico con que algo no esté a la altura.
Para esta propuesta he elegido cuatro bocados que combinan sencillez y presencia, pensados para lucirse sin exigir demasiado desembolso. La corona navideña elaborada con brochetas aporta un golpe de color y una estética poderosa, perfecta para situarse en el centro de la mesa como tarjeta de bienvenida. El tronco de queso crema con orejones, jamón serrano y almendras suma un matiz salado y aromático muy nuestro, ideal para untar con delicadeza o cortar en porciones pequeñas que desaparecen casi sin darse cuenta.
Las bolitas de queso aportan un guiño juguetón que siempre funciona, ligeras y fáciles de compartir. Y la ensaladilla de sardinas, afinada y luminosa, demuestra que la modestia de ciertos ingredientes no está reñida con la profundidad del sabor.
Lo mejor de estos aperitivos es que, sin renunciar a la elegancia en la presentación, resultan económicos.
Entrante ligero y reconfortante
Como entrante proponemos una crema de calabaza butternut, sedosa, dulce y profundamente reconfortante. Su textura suave funciona como transición perfecta entre los aperitivos y el plato principal, y su sabor, ligeramente otoñal, encaja con la estética cálida y brillante de las celebraciones navideñas. Además, es una receta que permite cierta anticipación: se puede preparar la base el día anterior y recalentarla justo antes de servir. Emplatado con un chorrito de aceite aromatizado, un hilo de yogur o unas semillas tostadas, un plato cotidiano puede convertirse en un entrante de fiesta sin necesidad de gastar más.
Plato principal
El eje central del menú es un solomillo de cerdo en costra de hojaldre, un plato que combina tradición y modernidad, contundencia y suavidad, presencia y simplicidad. La carne de cerdo, tierna y económica, se envuelve en una capa dorada de hojaldre que aporta textura y convierte el plato en una pieza de mesa verdaderamente festiva. Es una de esas elaboraciones que impresionan sin exigir una inversión desorbitada.
Acompañamiento
Las patatas son un ingrediente bastante económico y muy del día a día. No obstante, tratadas con respeto pueden convertirse en una excelente guarnición. Un buen puré de patatas es una excelente pero en esta ocasión os proponemos las patatas duquesa que aportan el contrapunto perfecto. Ligeras, delicadas y con una presentación que evoca celebraciones clásicas. Son económicas, agradecidas y muy fotogénicas, lo que suma tanto al paladar como al ambiente general del menú.
El postre: uno vasitos de chocolate y turrón
Para cerrar la comida, proponemos unos vasitos de chocolate y turrón, inspirados en la estructura clásica de la tarta de tres chocolates, pero con un formato más ligero y contemporáneo. La mezcla de texturas —una base suave, un estrato más cremoso y una capa final con más intensidad— convierte cada cucharada en un pequeño contraste, equilibrado y festivo. El turrón aporta el guiño navideño, el chocolate sostiene la parte golosa.
¡Y para brindar!
Te proponemos una original sangría. Bastará unas coloridas frutas de temporada, vino blanco y un poco de refresco de limón para brindar con clase.
Patricia González








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