Calabacín crudo o cocinado: 8 recetas para sacarle todo el partido al rey del verano
Verdura imprescindible del verano, el calabacín se abre paso en todas las mesas estivales. Bajo en calorías, muy hidratante, rico en fibra y minerales, se adapta a todo y combina con casi cualquier cosa. Ya sea crudo o cocinado, ofrece un sinfín de posibilidades para preparar platos frescos, sencillos y sabrosos. Aquí tienes algunas ideas para disfrutarlo al máximo.
Calabacín crudo: fresco y crujiente
Aunque no es lo más habitual, el calabacín crudo puede ser una delicia si se prepara bien. Córtalo muy fino en carpaccio y adereza con aceite de oliva, zumo de limón y unas lascas de parmesano: no necesita más. También puedes rallarlo y añadirlo a tus ensaladas de verano o dejarlo marinar con hierbas frescas y un chorrito de vinagre balsámico. El resultado es un aperitivo ligero, vistoso y lleno de sabor.
Calabacín cocinado: suave y delicado
Cuando se cocina, el calabacín gana en textura y en profundidad de sabor. Al vapor mantiene sus propiedades intactas, pero también puedes saltearlo con ajo y aceite de oliva, asarlo al horno o rellenarlo con lo que más te guste. Va de maravilla en quiches, pasteles salados, flanes o gratinados. Siempre aporta un toque de dulzura vegetal que recuerda al verano.
8 recetas fáciles que merece la pena probar
Más allá de la crema y la plancha
Crudo o cocinado, el calabacín se ha ganado con razón su sitio en las mesas de verano. Cambia las formas, juega con los ingredientes y anímate a prepararlo de mil maneras. Te sorprenderá más de lo que imaginas.
Adèle Peyches







Comentarios