El secreto que toda abuela conoce: por qué el molde con agujero en el centro deja los bizcochos y flanes más esponjosos
Seguro que lo has visto cientos de veces: ese molde con un agujero en el centro, de aluminio o metal, que tu abuela usaba para preparar el bizcocho del domingo o el flan de huevo. No era una simple cuestión estética: su forma tenía un propósito muy claro, permitir que el calor llegara al centro de la masa y lograr así una cocción más uniforme y un resultado perfecto.
Un poco de historia
Este molde, conocido como molde de chimenea o molde bundt, tiene su origen en Europa central, donde se utilizaba para preparar postres como el Gugelhupf o el Kugelhopf. Con el tiempo, su diseño se popularizó en todo el mundo, sobre todo a partir de los años cincuenta, cuando la empresa estadounidense Nordic Ware lanzó sus famosos moldes bundt. Desde entonces, este tipo de molde se ha vuelto esencial para lograr postres con textura ligera, cocción homogénea y una presentación especialmente vistosa.
¿Por qué funciona tan bien?
El secreto está en el agujero central, que permite que el calor se distribuya de forma homogénea por toda la masa. Así se evita que el centro quede crudo o húmedo mientras los bordes se doran en exceso.
Además, la superficie interior, con sus estrías o relieves, ayuda a que el bizcocho crezca de manera regular y adquiera una textura más ligera y aireada. Estas hendiduras aumentan la superficie de contacto entre la masa y el molde, lo que mejora la conducción del calor y acelera la cocción sin resecar el resultado.
En preparaciones al baño maría (como flanes o pudines), este diseño es aún más útil: el tubo central permite que el calor penetre desde el interior, garantizando una cocción uniforme y una textura cremosa, sin burbujas ni zonas cuajadas de más. Para un resultado perfecto, conviene cubrir el molde con papel de aluminio o con su tapa antes de meterlo en el horno, de modo que el vapor no entre en contacto directo con la mezcla.
Consejos prácticos para usarlo en casa
- Engrasa bien el molde. Usa mantequilla derretida o aceite en spray, asegurándote de cubrir todos los recovecos. Si la masa lleva mucha mantequilla, bastará con una fina capa de harina espolvoreada.
- Rellena solo hasta dos tercios. Así la masa tendrá espacio para subir sin desbordarse.
- Controla el horno. Si el molde es oscuro o de metal fino, puede retener más calor: reduce la temperatura 10 °C respecto a lo habitual o coloca el molde en una rejilla intermedia.
- Deja reposar antes de desmoldar. Espera unos 10 minutos antes de volcarlo sobre una rejilla. Si lo haces en caliente, el bizcocho podría romperse.
Dónde usarlo (y con qué recetas)
El molde con agujero no solo es ideal para flanes y pudines tradicionales, sino también para bizcochos de todo tipo: limón, naranja, yogur, vainilla o chocolate. Su forma acanalada realza el resultado y permite jugar con glaseados, salsas o coberturas ligeras.
También puedes usarlo en recetas saladas, como un pastel de pollo, una tortilla al horno o un flan de verduras: el calor del tubo central garantiza una cocción más rápida y pareja.
Un clásico que se renueva
Hoy existen moldes bundt de todo tipo: antiadherentes, de aluminio fundido, cerámicos o de silicona, incluso con diseños decorativos. Pero el principio sigue siendo el mismo: lograr una cocción uniforme y una textura perfecta sin complicaciones.
Por eso, más que un molde de abuela, es una herramienta que todo amante de la repostería debería tener a mano.
¿Tienes este molde en casa y no sabes cómo sacarle partido? Aquí tienes algunas ideas
Mirella Mendonça




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