Uvas con prosecco para las campanadas: la receta de la suerte de Nochevieja

martes 30 diciembre 2025 09:00 - Mirella Mendonça

Hay tradiciones que se sostienen en el tiempo porque son bonitas —como decorar el árbol de Navidad—; otras, porque nos facilitan la vida; y otras, directamente, porque esconden ese punto de superstición que nos encanta. No pasar por debajo de una escalera, no derramar la sal en el suelo… y las uvas. Por supuesto, las doce uvas de Nochevieja: una prueba de precisión que desafía la coordinación fina después de una cena larga. Un ritual muy español que mezcla superstición doméstica, sincronía colectiva y ese nerviosismo infantil de “a ver si me atraganto este año”.

Da igual cuánto hayas comido; da igual si a las once y media ya juras que no puedes con nada más: cuando llegan las campanadas, ahí estás, con tu platito de uvas (o tu vasito de uvas peladas por alguien con más paciencia que tú) y esa fe breve, casi pueril, en que el año puede empezar —y será— mejor si te las comes todas a tiempo.

La receta de hoy nace precisamente de esa tensión: el deseo de conservar el gesto (las uvas, la suerte, el número doce) y, a la vez, volverlo más amable, original y elegante. ¿La idea? Macerar uvas en prosecco —o en cualquier vino espumoso que te apetezca: cava o champán, por ejemplo—, enfriarlas hasta que estén casi de cristal y rebozarlas en azúcar para que lleguen a la mesa como un bocado helado, chispeante y ligeramente insolente. Una receta sencillísima con resultados de fiesta.

Ingredientes y materiales para hacer unas uvas de la suerte con prosecco

Ingredientes necesarios:

500 g de uvas blancas (mejor si están firmes y no son demasiado grandes; si son sin semillas, aún mejor)
350 ml de prosecco (o cualquier otro espumoso, como cava o champán)
50 ml de vodka (opcional, pero recomendable si quieres que el frío tenga más carácter)
azúcar para rebozar.

Materiales y utensilios:

Un bol o táper amplio con tapa (o film)
Colador
Bandeja o plato grande
Papel absorbente

Paso 1: Lava las uvas

Lava las uvas y colócalas en un cuenco amplio y hondo. Vierte el vino espumoso por encima.

Paso 2: Maceración

Añade el vodka (si lo usas), mezcla con suavidad y deja el cuenco en la nevera durante 3 horas.

Paso 3: Escurre las uvas

Pasado el tiempo de reposo, saca las uvas, escúrrelas bien con un colador y, si es necesario, pásalas por papel absorbente de cocina para quitar exceso. Desecha el líquido.

Paso 4: Reboza

Reboza cada uva en azúcar, una a una, hasta que queden bien cubiertas.

Paso 5: Enfría y sirve

Vuelve a guardarlas en la nevera un rato para que estén bien frías y sírvelas al momento. ¡Y listo!

Algunas variaciones que puedes aplicar

Puedes usar otros espumosos además del prosecco. Si tienes cava en casa, úsalo sin darle más vueltas: la receta funciona igual. Lo único que cambia es el tono. El cava suele ser más seco, con una burbuja un poco más firme, y el resultado queda menos frutal y algo más “solemne”. Si lo que tienes es champán, también vale; suele aportar un punto más tostado y elegante (y, claro, sale más caro). En todos los casos, la regla es la misma: que esté bien frío y que te guste beberlo, porque ese sabor se nota en la uva.

Si quieres que tenga un toque más fresco, perfuma la maceración. Basta con añadir, por ejemplo, una tira de piel de limón (solo la parte amarilla, sin lo blanco). Si te apetece, añade también la piel de una naranja. Déjalo reposar con las uvas durante la maceración, y luego retíralo al escurrir. Este simple gesto deja un aroma limpio y hace que la uva parezca más viva en el paladar.

Y si la quieres sin alcohol, también se puede, y queda muy resultona. En vez de vino, macera con mosto blanco o zumo de uva blanco y añade un chorrito de limón para que no quede empalagoso. Cuando vayas a servir, pon un poco de agua con gas muy fría por encima (justo al final, para que tenga burbuja y se sienta festivo). No sabe igual que la versión con espumoso, pero está buena por sí misma y, para según qué momentos, viene genial.

Mirella Mendonça

Soy responsable editorial de Petitchef (Portugal y Brasil) y una gran apasionada de los viajes y la gastronomía mundial, siempre en busca de nuevos sabores y experiencias. Sin embargo, por más que me encante explorar las delicias de diferentes culturas, la cocina de mi madre siempre será mi favorita, con ese sabor único que solo ella sabe crear.