Ese arroz olvidado en la nevera puede ayudarte a perder peso

Si hay algo que no falta en casi ninguna cocina, son las sobras de arroz. Forma parte habitual de muchos platos, pero al final de la comida, lo que queda suele acabar en un recipiente, guardado en la nevera sin un destino claro.
Al día siguiente, lo miras y te asalta la duda: “¿Lo tiro o intento inventarme algo con esto?”
Pues quizás la mejor opción sea más sencilla: “Cómelo, puede que incluso te ayude a cuidarte”.
Sí, así como suena.
Ese arroz del día anterior, el que ya ha pasado la noche en frío, sufre una transformación a nivel químico que lo convierte en una opción más amable para el cuerpo que el arroz recién hecho. Te contamos por qué.
¿Qué le pasa al arroz cuando se enfría?
Cuando cocinas arroz y lo dejas enfriar en la nevera de forma natural, parte del almidón que contiene cambia su estructura a través de un proceso llamado retrogradación.
Aunque suene técnico, este fenómeno implica que una parte del almidón se transforma en lo que se conoce como almidón resistente.
¿Y qué es el almidón resistente?
Se trata de un tipo de carbohidrato que no se digiere completamente en el intestino delgado. En lugar de eso, llega al intestino grueso, donde sirve de alimento para las bacterias beneficiosas que habitan allí:
- Favorece el equilibrio de la microbiota intestinal (función prebiótica)
- Aumenta la sensación de saciedad
- Tiene un efecto más moderado sobre los niveles de glucosa en sangre (útil para quienes buscan controlar el apetito y el azúcar)
¿Y qué tiene esto que ver con la pérdida de peso?
Arroz con almidón resistente:
- Ayuda a reducir los picos de insulina, lo que limita el almacenamiento de grasa
- Contribuye al buen funcionamiento del intestino, mejorando tanto el metabolismo como la digestión
- Al prolongar la saciedad, puede hacer que comas menos en la siguiente comida
Y todo esto sin modificar el sabor. No se trata de cocinar de forma diferente, sino de aprovechar lo que ya tienes en casa.
¿Cómo reutilizar correctamente el arroz del día anterior?
Recalentar con algo de imaginación:
- Salteado con verduras y un poco de aceite de oliva
- Como base para un arroz al horno, acompañado de proteínas ligeras y vegetales
- Mezclado con huevo y hierbas frescas para un revuelto rápido
- O incluso frío, en una ensalada de arroz integral con hojas verdes y aceite de oliva
Evitar:
- Preparaciones fritas
- Salsas densas y exceso de queso
- Añadir embutidos o mucha grasa, ya que eso anula los beneficios
Merece la pena recordarlo:
Este efecto del almidón resistente también aparece en otros alimentos tras ser cocidos y enfriados:
- Patatas hervidas y luego refrigeradas
- Ñames o mandioca después de pasar por el frío
- Avena preparada la noche anterior
Sin embargo, el arroz que guardamos de un día para otro es un ejemplo sencillo y al alcance de todos, que demuestra cómo se puede sacar más partido a un alimento básico con un enfoque más consciente.
Conclusión
La próxima vez que te encuentres con arroz olvidado en la nevera, piensa dos veces antes de descartarlo:
No estás ante un simple resto. Es una opción útil.
Puede resultar más ligera, más funcional e incluso más conveniente de lo que imaginabas.
¿Y lo mejor?
No necesitas productos especiales, ni dietas milagro, ni recetas complicadas. Solo una cucharada de lo que sobró ayer.
Fuentes de información:
- Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard
- Revista de Ciencia y Tecnología de los Alimentos
- Fundación Británica de Nutrición
- BBC Food & Health
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