Platos caseros y saludables que imitan la comida rápida (y que los niños adoran)
Conseguir que los niños se entusiasmen con la comida sana puede parecer una misión imposible. Pero a veces basta un poco de ingenio: frutas y verduras se disfrazan de caprichos y, de pronto, todo cambia.Aquí tienes cinco recetas que parecen sacadas de una cadena de comida rápida… aunque en realidad no lo son. Buñuelos de verduras horneados en lugar de fritos, helados caseros a base de yogur y fruta, o chips doradas y crujientes que recuerdan a las de bolsa, pero casi sin una gota de aceite. Propuestas sencillas y divertidas que demuestran que comer bien también puede ser un juego delicioso.
1. Bocaditos de calabacín al horno
Con un simple calabacín puedes preparar unos bocaditos al horno ligeros y sabrosos. Una opción saludable frente a los nuggets fritos, fáciles de hacer con ingredientes básicos y lista en pocos minutos. Ideales como entrante, cena rápida o picoteo, gustan por igual a niños y adultos.
¿Por qué gustan a los niños? Su forma divertida invita a probarlas, son fáciles de masticar y el sabor delicado convence incluso a quienes suelen apartar las verduras del plato.
¿Quieres prepararlos en casa? Echa un vistazo a nuestra receta
2. Barritas de yogur helado con frutos rojos
Tan coloridos como los industriales, pero naturalmente dulces. Sin azúcares añadidos, ni colorantes, estos polos se preparan con yogur griego y fruta fresca. Ni más ni menos.
¿Por qué gustan a los niños? Son refrescantes, cremosos y llamativos. Satisfacen las ganas de dulce sin resultar pesados y son ideales para una merienda de verano.
Cómo hacerlos en casa: aquí tienes la receta paso a paso
3. Nuggets de pollo y verduras
Estos nuggets son una forma sencilla y saludable de reinventar un clásico. Se preparan con pechuga de pollo y verduras picadas, y se cocinan con muy poco aceite (en sartén o en freidora de aire) hasta quedar dorados por fuera y tiernos por dentro.
¿Por qué gustan a los niños? Porque se comen con las manos, son fáciles de morder y resultan perfectos para acompañar con sus salsas favoritas. Además, el aporte de verdura en la mezcla los convierte en una opción nutritiva y ligera para toda la familia.
¿Cómo hacerlos en casa? Echa un vistazo a nuestra receta
4. Chips saludables
Estas chips de boniato son la prueba de que se puede disfrutar de un aperitivo adictivo sin recurrir a las patatas de bolsa cargadas de saborizantes y aromas artificiales. Cortadas muy finas y cocinadas en el microondas, quedan doradas y ligeras. Lo mejor de todo: sin necesidad de freír.
¿Por qué gustan a los niños? Porque se parecen a las patatas fritas que tanto llaman la atención, pero con un sabor naturalmente dulce y una textura igual de crujiente.
¿Cómo hacerlas en casa? Aquí puedes ver la receta
5. Palitos de pescado caseros
Olvídate de los congelados: estos palitos de pescado caseros son mucho más ligeros y fáciles de preparar. Con merluza fresca, un rebozado sencillo y la freidora de aire, consigues en pocos minutos un bocado dorado y sabroso con muy poco aceite. Una alternativa sana y deliciosa a los clásicos precocinados.
¿Por qué gustan a los niños? Porque se comen con las manos, se mojan en sus salsas favoritas y tienen un sabor suave que no falla. Con el aspecto de un finger food apetecible, pero con ingredientes de verdad.
¿Quieres prepararlos en casa? Aquí tienes la receta
¿Ya sabes cuál de estas recetas vas a probar primero?
Con un poco de imaginación, los snacks favoritos de los niños pueden transformarse en opciones mucho más saludables. Solo hacen falta ingredientes sencillos, cocciones ligeras y un toque de creatividad para que los más pequeños disfruten sin renunciar al sabor.
Daniele Mainieri




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