Menú de Nochebuena con pescado: cuatro platos brillantes sin gastar de más
La Nochebuena es una de esas noches que España se toma muy en serio. La casa se llena de bullicio, de saludos de familiares a los que hace semanas que no vemos, y la cocina hierve desde primera hora con aromas a los que no estamos acostumbrados en el día a día. En buena parte del país, el pescado vuelve a ser el protagonista: una costumbre arraigada, heredada de la vigilia católica y mantenida porque, sencillamente, nos gusta sentarnos a la mesa con algo ligero pero festivo.
Entrante: ensaladilla de sardinas, sencillo y elegante
Empezamos por un aperitivo que habla de tradición y sentido común. En España hemos tenido siempre la sardina al alcance de la mano: humilde, intensa, agradecida y cargada de omega 3. Convertida en un paté fino —con mayonesa, un toque de mostaza, cebolla morada muy picada, limón y un buen aceite de oliva virgen extra— adquiere una textura sorprendentemente elegante, casi de restaurante de barra fina.
Servido sobre tostadas o pan rústico ligeramente crujiente, ofrece ese golpe de sabor marino que abre el apetito sin saturar. Es rápido, económico y muy sabroso.
Primer plato: langostinos al ajillo
La sopa de pescado y marisco suele ocupar el primer puesto en muchas mesas de Nochebuena. No es casual: llega caliente, rompe la rutina diaria y encaja con esa idea de invierno que asociamos a lo familiar.
Otras casas prefieren gestos más festivos. Las ostras o las vieiras gratinadas han dejado de ser una excentricidad para convertirse en elaboraciones de celebración, capaces de ofrecer un resultado que parece más complejo de lo que en realidad es.
Y luego están las gambas; ay, las gambas. Esa es nuestra apuesta para el primer plato: unos langostinos al ajillo hechos en el horno. La preparación no tiene misterio, pero el resultado es redondo. Al cocinarlos al horno, el langostino mantiene una carne jugosa y permite que el coral y los jugos internos se integren en el aceite. El ajo se confita lentamente y pierde su carácter más agresivo, mientras que la guindilla libera el picor con más control. El conjunto forma una salsa breve, fragante y especialmente agradecida en la mesa.
Plato principal: merluza en salsa verde
El plato principal mira de frente a la tradición española: una merluza en salsa verde, ese clásico que nunca falla en una mesa de celebración. Es una preparación aparentemente sencilla, pero que requiere un control preciso del calor y de la emulsión para que la salsa ligue de forma natural: ajos bien dorados, perejil fresco en abundancia, un buen fumet y el vaivén justo de la cazuela para obtener esa textura brillante sin recurrir a espesantes. La merluza se cocina apenas unos minutos, queda jugosa y ligera, y si el presupuesto lo permite, unas almejas añaden el toque festivo que este tipo de cenas reclama.
Guarnición: patatas duequesa
Como guarnición, unas patatas duquesa encajan de forma impecable en este menú. Aportan ese punto festivo que la mesa agradece sin distraer del pescado, y su interior cremoso contrasta con la ligereza de la merluza en salsa verde. Se preparan con un puré fino enriquecido con yema y mantequilla, moldeado en pequeñas porciones que, al hornearse, adquieren un dorado delicado y una textura que se mantiene perfecta en el plato. Es una guarnición clásica, elegante y muy navideña, capaz de acompañar sin imponerse y de redondear el conjunto con discreción y buen gusto.
Un menú económico para alegrar la mesa de Nochebuena
Un menú festivo, visualmente atractivo y asumible para la mayoría de los bolsillos. Una cena de Nochebuena que respeta nuestra tradición, celebra el mar y demuestra, una vez más, que no hace falta derrochar para comer bien. Al final, un menú así funciona casi por inercia: buen producto, recetas que se complementan y una mesa llena de gente con ganas de celebrar.
Daniele Mainieri



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