5 hortalizas que saben mejor cuando las cultivas tú mismo

¿Crees que sabes a qué saben los tomates, los guisantes o las fresas? Si nunca los has cultivado tú, aún no los conoces de verdad.
Por qué las verduras comerciales han perdido su sabor
Los vegetales que compramos en el supermercado están diseñados para durar, no para tener sabor. Pero con unas macetas, algo de sol y un poco de paciencia, puedes volver a saborear estas cinco hortalizas como si fuera la primera vez.
Cinco verduras que saben muchísimo mejor cuando las cultivas tú mismo
1. Tomates de verdad
Las variedades antiguas como ‘Corazón de buey’ o ‘Negro de Crimea’ tienen un sabor profundo, dulce y lleno de matices. En boca, no tienen nada que ver con los tomates del lineal.
2. Guisantes: la dulce sorpresa
Recién cogidos, los guisantes son tan dulces que parecen golosinas. Pero ese dulzor dura poco: en cuanto se recogen, el azúcar natural empieza a convertirse en almidón. Por eso merece la pena cultivarlos en casa y comerlos casi al momento, aún templados, justo al salir de la vaina.
3. Judías verdes: tiernas y sin hebras
Cuando cultivas tus propias judías verdes, lo notas desde el primer bocado: son más finas, más crujientes y tan tiernas que casi se deshacen en la boca. Nada que ver con esas versiones duras y fibrosas que encontramos en muchas bandejas del supermercado. Con lo buenas que están, no necesitan mucho más: un golpe de sartén y un poco de mantequilla bastan para que brillen por sí solas.
4. Espárragos: dulces y sin amargor
Cogidos por la mañana, los espárragos de cosecha propia son una auténtica delicia. Más dulces, más finos y sin rastro de amargor, no tienen nada que ver con los que compramos envasados. Eso sí, hay que tener paciencia: pueden tardar entre dos y tres años en dar sus primeras yemas. Pero cuando por fin arraigan, vuelven cada primavera... y durante muchos años.
5. Fresas: rojas por dentro, dulces de verdad
Las fresas cultivadas en casa no tienen nada que envidiar a las de España. Son suaves, fragantes y Las fresas cultivadas en casa no se parecen en nada a las que compramos en el supermercado. Son más suaves, más aromáticas y mucho más dulces. No solo tienen buen aspecto por fuera, también son rojas y jugosas por dentro. ¡Son increíblemente adictivas!
¿El secreto para que sepan mejor?
“Riega por la mañana temprano. Así las hojas se secan rápido, hay menos riesgo de enfermedades… y el sabor se concentra.” —Martine, jardinera apasionada desde hace 20 años.
¿No tienes huerto? No pasa nada
Con un simple balcón puedes montarte un pequeño huerto y disfrutar igual. Mira estas ideas:
- Tomate cherry: necesita sol directo y una maceta de al menos 30 litros
- Guisantes trepadores: sol o semisombra, maceta profunda y un tutor
- Judía verde de mata baja: sol y un tiesto ancho
- Fresas: al sol, en una jardinera o maceta colgante
- Espárragos: mejor no cultivarlos en maceta si van a estar a pleno sol.
Un huerto también es otra forma de cuidar lo que comes
Cultivar tus propios alimentos es volver a tener control sobre lo que pones en el plato. Es volver a aprender a esperar, a observar las estaciones… y a disfrutar del sabor de verdad. El de antes. El que se da cuando dejas que la tierra haga su trabajo sin prisas.

Hago los mejores crêpes de la calle.
Me encantan las recetas accesibles, los consejos prácticos y la actualidad culinaria.
Mi objetivo: ofrecer la mejor web culinaria posible para hacer de la cocina una experiencia agradable y compartida.
Comentarios