¿Qué pasa cuando cocinas la pasta directamente en la salsa? El método one pot pasta realmente funciona
Si siempre has hervido la pasta en agua antes de mezclarla con la salsa, es hora de probar un truco que puede cambiar tu forma de cocinar. Prepararla directamente en el propio sofrito o salsa no solo ahorra tiempo y cacharros, también consigue un plato más sabroso, cremoso y con la textura perfecta.
Una técnica con nombre propio: one pot pasta
En los últimos años, esta manera de cocinar pasta se ha popularizado con el nombre de one pot pasta. La idea es sencilla: todo se cuece en una sola cazuela. Para el día a día resulta práctico, porque concentra sabores y simplifica los pasos. Aunque el término anglosajón se haya puesto de moda, lo cierto es que la técnica bebe de tradiciones mediterráneas en las que la pasta o los fideos se guisan en caldos o salsas hasta quedar impregnados de sabor.
¿Por qué este método funciona?
Cuando la pasta se cocina, libera el almidón natural. En lugar de irse con el agua de cocción, este almidón se queda en la salsa, dejándola:
- Más espesa y con textura aterciopelada.
- Con sabor realzado, ya que la pasta absorbe mejor el condimento.
- Sin desperdicio, pues solo usas una olla y aprovechas todo.
Cómo hacerlo paso a paso
- Elige una cazuela amplia y vierte tu salsa preferida (de tomate, boloñesa, carbonara ligera o incluso una bechamel).
- Añade de 2 a 3 tazas de agua o caldo, según la cantidad de pasta.
- Cuando empiece a hervir, incorpora la pasta cruda directamente en la salsa.
- Remueve de vez en cuando para que no se pegue.
- Cocina hasta que quede al dente y deja que la salsa espese de forma natural.
Ventajas de este truco
- Más sabor: la pasta absorbe el gusto de la salsa desde el primer minuto.
- Comodidad: una sola cazuela para todo.
- Textura cremosa: el almidón liga de forma natural la salsa.
- Versátil: en general funciona bien tanto con pasta corta (penne, fusilli, espirales) como con espaguetis, siempre que haya suficiente líquido.
Consejos para que salga bien
- Utiliza salsas con más líquido del habitual, porque la pasta absorberá parte de la humedad.
- Si la salsa se seca antes de que la pasta esté lista, añade un poco de agua caliente o caldo.
- El toque final: un poco de queso rallado o hierbas frescas justo antes de servir.
Cuándo este técnica no es la mejor opción
Aunque tentadora, esta técnica no es universal y hay que prestar atención a los detalles:
- Salsas demasiado densas: un ragú muy reducido puede quemarse antes de que la pasta esté en su punto.
- Pastas largas y gruesas: espaguetis muy finos o tallarines muy anchos y gruesos pueden cocer de manera irregular si no se controla bien la cantidad de líquido.
- Poca salsa: si no hay suficiente base líquida, la pasta quedará pegajosa y corre el riesgo de no cocerse de forma uniforme.
- Cuando se busca pureza de sabor: hay recetas en las que interesa mantener la salsa concentrada y la pasta cocida aparte para mezclarlas justo al final, como ocurre en la tradición italiana más clásica.
¿Quieres probarlo? ¡Aquí tienes algunas ideas!
El resultado es sorprendente: una pasta con más sabor, sin desperdicio, lista en menos tiempo y con un acabado cremoso que recuerda al de un restaurante.
¿Qué te ha parecido este truco?
Cocinar la pasta directamente en la salsa puede parecer un gesto mínimo, pero el resultado sorprende: más sabor, más cremosidad y una practicidad absoluta. Una técnica ideal para quienes adoran la pasta y buscan un plato rápido, sabroso y con la presentación de un buen restaurante.
Mirella Mendonça

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