Profiteroles salados de masa choux: el bocado que anima el aperitivo de Navidad
Convierte la masa choux de los profiteroles de siempre en bocaditos salados perfectos para el aperitivo de Navidad. Te contamos cómo hacerlos en casa, cómo adelantarte al trabajo y tres rellenos infalibles: salmón, foie con cebolla y queso, para que tu mesa navideña tenga algo distinto sin complicarte.
Cuando empezamos a organizar las comidas de Navidad, el guion se repite: hay que sacar jamón, algún embutido “de los buenos”, langostinos o gambones, quizá una bandeja de quesos, alguna lata especial de mejillones o berberechos y, cómo no, los inevitables canapés de salmón ahumado. La mesa se llena rápido, pero el tiempo no se estira igual. Falta algo distinto que no te ate a la cocina hasta el último minuto.
En ese hueco encajan muy bien los profiteroles salados de masa choux: pequeños bocados que se comen de uno o dos mordiscos, con aspecto festivo y una ventaja importante para quien cocina en casa: se pueden tener casi listos con antelación y rematarlos justo antes de servir.
Qué es exactamente la masa choux
Aunque el nombre suene un poco técnico, en realidad la conoces de toda la vida: es la masa de los profiteroles, las lionesas, los relámpagos o petisús, esos bocaditos huecos que se rellenan de nata, crema o chocolate y que ves en cualquier pastelería.
La gracia de esta masa es que, al hornearse, se infla y queda hueca por dentro, de modo que se puede abrir y rellenar casi con lo que uno quiera. En dulce, aparece en pasteles como el Saint Honoré, el Paris-Brest o los clásicos profiteroles bañados en chocolate. En salado, se usa para hacer gougères y bolitas de queso, o pequeños bocados rellenos de cremas de queso, salmón, patés o foie. En resumen: es la misma masa ligera y hueca que conoces del postre, pero aquí la llevamos al terreno del aperitivo.
Tres ideas de profiteroles salados que encajan en tu mesa navideña
A partir de esa misma base puedes jugar con distintos rellenos. Aquí van tres combinaciones muy fáciles de entender, que no chocan con un menú clásico de Navidad y conviven sin problemas con tu jamón, tus mariscos y tus quesos.
Choux de salmón ahumado
Los profiteroles de salmón ahumado funcionan como un pequeño bocado marino: la ligereza de la masa choux se convierte en el soporte neutro perfecto para la grasa delicada del salmón, sus notas ahumadas y ese punto salino que invita a seguir comiendo. El conjunto recuerda a un canapé clásico, pero con una textura mucho más aérea y un contraste interesante entre la untuosidad del relleno y la ligereza del mordisco.
Choux con foie gras y cebolla caramelizada
En los profiteroles de foie con cebolla caramelizada el protagonismo se lo lleva el juego de texturas y sabores. La masa choux apenas pesa en boca y deja paso a la profundidad del foie redondeado por el dulzor de la cebolla caramelizada. No es un bocado pesado, sino concentrado: un punto graso, que combina de maravilla con el dulce.
Bolitas de queso (Gougères )
En estas bolitas de queso la masa choux se convierte en un pequeño “soufflé” de mano: una corteza fina y dorada que cede enseguida y da paso a un interior hueco, muy ligero, impregnado de aromas lácteos. El queso rallado fundido dentro de la masa deja notas tostadas y sabrosas, sin resultar pesado, y el conjunto se come casi de un bocado, con esa sensación de ir abriendo el apetito sin llenar. Son el típico aperitivo que siempre sorprende.
Algunos trucos para que salgan bien y te queden de lujo
- Deja que la masa choux se enfríe bien antes de añadir los huevos: es el truco para que los bocaditos suban y queden bien hinchados.
- Para las gougères, las bolitas de queso, usa quesos de pasta dura que fundan bien y tengan carácter: por ejemplo, un manchego curado o semicurado, un Idiazábal suave (ahumado o no) o un Mahón curado rallado fino. Conseguirás un profiterol de queso muy aromático, ligero por dentro y con un sabor muy agradable.
- Si quieres adelantarte, puedes preparar los mini choux con antelación y congelarlos, crudos o ya horneados (se recalientan fenomenal), y así no vas agobiada el día de la comida.
- Con los rellenos (salmón, foie, quesos…), no conviene pasarse: si pones demasiado, el interior se hunde, la masa se humedece y el bocado pierde gracia. Mejor una cantidad de relleno moderada, que aporte sabor pero mantenga el profiterol ligero y fácil de comer de un par de mordiscos.
- Sírvelos templados o a temperatura ambiente, para mantener el contraste entre el exterior más firme del choux y el interior suave del relleno.
Una alternativa distinta al aperitivo de siempre
Este año, si te apetece salir un poco del jamón, los langostinos y los canapés de siempre, no hace falta complicarse: estos mini choux rellenos son justo para eso. Ya sean bolitas de queso, choux de salmón o con foie, todas estas versiones dan un aperitivo muy festivo, variado y comodísimo de servir.
Adèle Peyches


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