Pescado en la barbacoa: así evitas que se pegue a la parrilla

miércoles 25 junio 2025 11:14 - Patricia González
Pescado en la barbacoa: así evitas que se pegue a la parrilla

El pescado a la parrilla es uno de los grandes placeres del verano. Es sabroso, ligero y perfecto para quienes buscan opciones saludables en la barbacoa. Sin embargo, muchos lo evitan por miedo a que se pegue a la parrilla, se deshaga al darle la vuelta o pierda su jugosidad.

La buena noticia es que, con unos cuantos consejos fáciles de aplicar, puedes preparar pescado a la barbacoa sin complicaciones. Basta con entender algunos principios básicos de cocinado para evitar que se pegue y conseguir ese sabor ahumado tan característico que justifica encender las brasas.


Precalienta bien la parrilla y no tengas prisa

Una parrilla a temperatura media es el peor escenario para el pescado. Por su bajo contenido en tejido conectivo y su estructura proteica más delicada que la de la carne roja, necesita una superficie muy caliente que lo selle rápidamente. Si la rejilla está poco caliente, las proteínas del pescado pueden formar enlaces con el metal, lo que favorece que se adhiera. Por eso, lo primero es precalentar bien la parrilla, sin pescado encima, al menos 10-15 minutos. Que humee ligeramente incluso. Solo entonces estará lista.

Engrasa el pescado, no solo la parrilla

El pescado necesita una película protectora. Puedes aceitar ligeramente la parrilla, sí, pero lo más eficaz es aplicar una fina capa de aceite directamente sobre el pescado. Esto ayuda a reducir la adhesión, mejora la transferencia de calor y favorece una cocción uniforme. El aceite también actúa como barrera contra la pérdida de humedad superficial. Lo recomendable es pincelar justo antes de ponerlo sobre el fuego, no mucho antes, para evitar que se oxide o se reblandezca la superficie.

Escoge bien el tipo y el corte del pescado

No todos los pescados se comportan igual ante el calor directo. Los pescados grasos y con carne firme, como el atún, la caballa, el salmón o incluso una lubina entera, toleran mejor la brasa. Si usas filetes, elige piezas de al menos 3,5 centímetros de grosor. Las más finas se cocinan demasiado rápido y tienden a romperse al manipularlas. Siempre que puedas, cocina el pescado entero: la piel, la espina central y la cabeza ayudan a conservar la humedad y aportan más sabor.

No muevas el pescado hasta que esté listo

Uno de los errores más comunes es girar el pescado antes de tiempo. Al principio se adhiere, pero a medida que la proteína se coagula y la superficie se dora, el contacto se debilita. Cuando el pescado está listo para darse la vuelta, se despega prácticamente solo. Si se resiste, espera un poco más. En el caso de pescados con piel, puedes empezar con la piel hacia arriba si se trata de lomos, aunque lo más habitual y recomendable en parrilla es colocar la piel hacia abajo para proteger la carne. Ambas opciones son válidas según el grosor y el corte.

Usa utensilios que faciliten tu vida

Si vas a hacer un pescado entero, una cesta para asar pescado es tu mejor aliada. Permite girar la pieza sin manipularla directamente y sin miedo a que se rompa. También son útiles las bandejas perforadas de acero inoxidable, que permiten el paso del calor sin que el pescado esté en contacto directo con las rejillas. Evita usar papel de horno: no está diseñado para resistir temperaturas superiores a 220 ºC y puede quemarse. Lo importante es evitar manipulaciones innecesarias que comprometan la integridad del producto.

Controla el punto de cocción

El pescado no admite distracciones. Tiene una ventana de cocción muy estrecha debido a su menor cantidad de colágeno. Lo ideal es marcarlo bien por un lado, sellar su superficie, y luego girarlo solo una vez para terminar por el otro lado. Si tienes un termómetro de cocina, busca una temperatura interna de 50-52 ºC para un resultado jugoso. Si no, fíjate en la carne: debe volverse opaca en los bordes y mantener un punto nacarado o ligeramente brillante en el centro. La sobrecocción provoca pérdida de agua, textura seca y pérdida de aromas volátiles.

Seca, atempera y salpimenta en el orden correcto

No pongas el pescado directamente de la nevera a la parrilla. El contraste térmico provoca contracciones y puede afectar a la cocción. Déjalo atemperar unos minutos antes. Sécalo bien con papel de cocina para evitar exceso de humedad superficial, que favorece la adhesión. Y salpimenta después de engrasar, no antes, para evitar que la sal extraiga agua antes del cocinado. Cada gesto afecta al resultado final.

¿Y tú?

¿Te animas a cocinar pescado en la barbacoa o prefieres dejarlo para la sartén? ¿Tienes algún truco infalible para que no se pegue? ¿Usas algún artilugio particular o te lanzas directo a la parrilla? Cuéntanos cómo lo haces tú, qué pescado sueles preparar y cuál ha sido tu mayor éxito (o tu peor desastre) a la brasa.

Patricia GonzálezPatricia González
Apasionada por la cocina y el buen comer, mi vida se mueve entre palabras bien escogidas y cucharas de madera. Responsable pero despistada. Periodista y redactora con años de experiencia, encontré mi rincón ideal en Francia, donde trabajo como redactora para Petitchef. Me encantan el Bœuf bourguignon pero echo de menos el salmorejo de mi madre. Aquí combino mi amor por la escritura y los sabores suculentos para servir recetas e historias sobre cocina que espero te inspiren. La tortilla, me gusta con cebolla y poco hecha : )

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