¿Es peligrosa la quinoa si no la lavas?
La quinoa se ha convertido en un alimento habitual en muchas cocinas: es nutritiva, fácil de preparar y encaja en todo tipo de recetas, desde ensaladas hasta guisos. Pero hay una duda que aparece con frecuencia: ¿qué pasa si no lavas la quinoa antes de cocinarla? ¿Es solo cuestión de sabor, o puede resultar incluso perjudicial para la salud de quien la consume?
La clave está en las saponinas
La razón por la que se recomienda lavar la quinoa antes de cocerla tiene nombre: saponinas. Se trata de compuestos naturales que recubren los granos y actúan como defensa natural de la planta frente a insectos y animales. Estas sustancias tienen un sabor amargo, ligeramente jabonoso, y pueden resultar irritantes para el sistema digestivo si se consumen en grandes cantidades.
No es que la quinoa sin lavar sea tóxica en sí misma, pero puede causar molestias digestivas leves en personas sensibles: desde hinchazón o gases hasta mal sabor en boca o incluso náuseas si se ha consumido en exceso y sin haberla lavado previamente.
¿Cómo se lava correctamente?
Es sencillo: coloca la quinoa en un colador de malla fina y enjuágala bajo el grifo con agua fría durante unos 30 segundos, removiéndola con las manos o una cuchara para que el agua arrastre bien las saponinas. Cuando deje de formar espuma (sí, como si tuviera jabón), ya está lista para cocinar.
Algunas marcas indican en el paquete que la quinoa viene ya lavada. Aun así, muchos cocineros prefieren enjuagarla igualmente por precaución y para eliminar cualquier resto de polvo o impurezas.
Entonces, ¿es peligrosa?
No, pero tampoco conviene ignorarlo. La quinoa sin lavar no va a provocarte un problema grave, pero puede arruinarte el sabor del plato y hacer que no sientas del todo bien. Por eso, lavarla es un gesto pequeño que marca una gran diferencia tanto en el resultado como en tu digestión.
¡Pruébala ahora con esta receta!
Patricia González
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