Dejar el gluten: ¿qué ocurre realmente en tu cuerpo?
Hinchazón, fatiga, molestias digestivas… Para aliviar estos síntomas, cada vez más personas optan por eliminar el gluten de su dieta. Aunque seguir una alimentación sin gluten es imprescindible para quienes padecen celiaquía, ¿qué pasa con el resto? Esto es lo que dice la ciencia sobre los posibles efectos de dejar el gluten.
Menos problemas digestivos (para algunas personas)
En personas con sensibilidad al gluten no celíaca, eliminar el gluten puede provocar una mejora notable: menos hinchazón, dolor abdominal, gases o diarrea. Aunque esta sensibilidad no está claramente definida a nivel médico, muchos testimonios coinciden.
➡️ Un estudio publicado en la revista Gastroenterology en 2013 mostró que algunas personas no celíacas experimentan mejoras al suprimir el gluten, aunque otros componentes del trigo (como los FODMAPs) podrían estar implicados.
¿Más energía?
Muchas personas aseguran sentirse menos fatigadas tras eliminar el gluten. Esto podría deberse a una mejor digestión, a una reducción de la inflamación o, sencillamente, a una dieta más equilibrada: al dejar el gluten, suele incrementarse el consumo de alimentos frescos.
¿Mejor piel?
Algunas personas notan mejoras cutáneas, como reducción del eccema o del acné, al eliminar el gluten. Sin embargo, no está claro si estos efectos se deben exclusivamente a su eliminación. Reducir el consumo de ultraprocesados y mejorar la calidad de la dieta también influye.
¿Pérdida de peso? No siempre
A diferencia de lo que se suele pensar, el gluten en sí no engorda por sí mismo. Lo que puede favorecer el aumento de peso son los alimentos ultraprocesados que lo contienen (como pizzas, bollería o galletas). Al sustituir estos productos por opciones más frescas y caseras, puede haber una pérdida de peso… pero no es automática.
¿Menos inflamación?
Algunas investigaciones plantean una posible relación entre el gluten y la inflamación crónica en personas sensibles o intolerantes. En enfermedades autoinmunes (tiroiditis de Hashimoto, poliartritis, etc.), una dieta sin gluten podría ayudar a reducir ciertos síntomas, aunque las pruebas aún son limitadas.
Cuidado con las carencias y los mitos
Pasarse al "sin gluten" sin una razón médica puede ser innecesario, e incluso contraproducente. Muchos productos industriales sin gluten son pobres en fibra, menos ricos en nutrientes (como vitaminas del grupo B, hierro o zinc) y a veces más azucarados o grasos. Por eso es clave mantener una dieta bien equilibrada.
En pocas palabras
Eliminar el gluten puede mejorar el bienestar digestivo en personas sensibles y, de forma indirecta, fomentar hábitos alimentarios más saludables. Pero en la mayoría de los casos, no hay un beneficio claro ni generalizado, y no debe convertirse en una obligación.
Escuchar al cuerpo, informarse y, si es necesario, dejarse guiar por un profesional de la salud o un dietista-nutricionista es siempre la mejor opción para abordar este tema.
Adèle Peyches
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