6 maneras de conservar los higos y disfrutarlos durante todo el año

La opción más clásica. Basta con cocer los higos con azúcar y un poco de zumo de limón hasta que espesen. Guardada en tarros esterilizados y bien cerrados al vacío, la mermelada se conserva durante meses en la despensa. Una vez abierto el frasco, debe guardarse en frío y consumirse en pocas semanas.

El secado concentra el sabor y reduce la humedad, lo que frena el desarrollo de microorganismos. Se pueden secar al sol (en climas secos y ventilados), en horno a baja temperatura o en un deshidratador. Es fundamental que queden bien secos antes de guardarlos en recipientes herméticos, lejos de la humedad.

Congelar los higos es rápido y eficaz. Lo ideal es colocarlos primero extendidos en una bandeja y, una vez firmes, pasarlos a bolsas de congelación. Así no se apelmazan. Tras descongelarlos pierden algo de firmeza, pero siguen siendo perfectos para repostería, batidos o salsas.

Al cocerlos suavemente en un almíbar ligero y envasarlos en tarros esterilizados, se obtiene un postre elegante y duradero. Es imprescindible asegurarse de que los frascos cierren bien al vacío y almacenarlos en un lugar fresco, seco y oscuro.

Con vinagre, azúcar y especias, los higos se transforman en un chutney ideal para quesos, carnes o foie. La acidez del vinagre actúa como conservante natural. En tarros esterilizados y bien sellados, se conserva sin problemas durante meses.

Sumergidos en aguardiente, ron o brandy, a veces con especias o un poco de azúcar, los higos se mantienen durante meses y se convierten en un acompañamiento perfecto para postres de invierno o helados.

• Escoge siempre higos frescos, enteros y sin signos de moho ni daño.
• Esteriliza los envases de vidrio mediante inmersión en agua hirviendo al menos 15 minutos o con otros métodos oficiales( lavavajillas en ciclo de alta temperatura, esterilización química, etc.), y asegúrate de llenar los tarros con el producto caliente.
• Verifica que los frascos cierren bien al vacío: la tapa debe estar firmemente sellada, sin fugas ni abombamientos.
• Asegura una acidez adecuada en preparaciones con bajo contenido de ácido (ej. almíbar ligero) para evitar riesgos con bacterias como Clostridium botulinum.
• Conserva en lugares frescos, secos y oscuros, lejos del calor y la luz directa.
• Una vez abierto el envase, guárdalo en el frigorífico y consúmelo pronto.
• Ante cualquier olor extraño, burbujeo, líquido turbios, color inusual o aspecto alterado, lo más seguro es desechar el producto.

Con estas técnicas no solo podrás disfrutar de higos durante todo el año. El truco está en elegir el método que más se adapte a tu cocina, mantener unos estándares de higiene, correcto envasado y, sobre todo, conservar adecuadamente. 

Para más información sobre conservas caseras y técnicas de conservación seguras, puedes consultar la guía de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición: AESAN