¿Te pica la lengua cuando comes piña?

Para muchos, la piña evoca un sabor tropical inconfundible: dulce, jugosa y con ese punto de acidez que la convierte en un placer refrescante. Pero no todo es disfrute. A veces, tras unos bocados, llega el escozor: una sensación de ardor o picor en la lengua y el paladar que sorprende por su intensidad. ¿Por qué ocurre esto? ¿Debería preocuparnos?
La clave está en la bromelina
El principal responsable de esta sensación es la bromelina, una enzima proteolítica presente en la piña. Su función natural es descomponer proteínas, lo que la hace útil como ablandador de carnes. Pero al consumir piña fresca, esta enzima también actúa sobre las proteínas de la mucosa bucal, provocando esa sensación de escozor o ardor.
La acidez y los cristales microscópicos
Además de la bromelina, la piña contiene ácidos naturales, como el cítrico y el ascórbico, que pueden irritar aún más las áreas sensibles de la boca. A esto se suman los ráfidos, cristales microscópicos de oxalato de calcio que, aunque invisibles al ojo humano, pueden causar microabrasiones en la lengua y las mejillas, intensificando la molestia.
¿Cómo evitar el picor?
Aunque esa sensación de escozor suele ser leve y pasajera, existen formas sencillas de atenuarla. La más eficaz, y también la más intuitiva, es aplicar calor a la fruta. Cocinar la piña, ya sea horneada, a la plancha o incluso flambeada, desactiva la enzima responsable del ardor. El calor rompe la estructura de la bromelina y, con ella, desaparece también su capacidad de irritar las mucosas.
Otra estrategia, popular en algunos hogares, consiste en sumergir los trozos de fruta en agua con sal durante unos minutos antes de comerlos. La sal puede ayudar a neutralizar parcialmente la actividad enzimática sin alterar de forma drástica el sabor. Es un gesto sencillo que suaviza el efecto sin restarle carácter a la fruta.
Por último, hay quien opta por combinar la piña con productos lácteos. El yogur, la nata montada o incluso un poco de leche condensada no solo aportan una textura más cremosa, sino que también actúan como "amortiguadores" naturales. Las proteínas presentes en los lácteos se enlazan con la bromelina, reduciendo su capacidad de actuar sobre la lengua y el paladar. El resultado es una experiencia más suave, sin sacrificar el contraste de sabores.
¿Es una reacción alérgica?
Es importante distinguir entre esta irritación y una verdadera alergia a la piña. Mientras que la primera es común y pasajera, una alergia puede manifestarse con síntomas más graves, como hinchazón, urticaria o dificultad para respirar. En caso de duda, es recomendable consultar a un especialista.
La próxima vez que disfrutes de una porción de piña, recuerda que esa ligera picazón es simplemente una interacción natural entre las enzimas de la fruta y tu boca. Con algunos cuidados simples, puedes seguir deleitándote con esta deliciosa fruta tropical sin inconvenientes.
¿Y a ti, te ha pasado alguna vez? Cuéntanoslo en los comentarios: nos encanta conocer vuestras experiencias. Y si conoces algún truco para aliviar esa molestia en la boca, no dudes en compartirlo. Siempre es buen momento para aprender algo nuevo en torno a la fruta más tropical.
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