El arte de devolverle la vida a una pizza fría
¿Te ha sobrado pizza de anoche o te ha llegado a casa más fría de lo esperado? Es algo bastante habitual. Entre los envíos que pierden temperatura por el camino y los trozos que terminan olvidados en la nevera, no es raro encontrarse al día siguiente con una masa blanda y un sabor que ha perdido fuerza.
Afortunadamente, hay formas sencillas y eficaces de recalentarla en casa y lograr que recupere su textura original: base bien hecha, queso fundido y ese aroma que invita a sentarse a la mesa. Ya sea una margarita recién traída o el último trozo de una cena improvisada, aquí te explicamos cómo devolverle el punto justo a cualquier tipo de pizza.
1. En una sartén antiadherente: método rápido
El método de la sartén antiadherente es uno de los más populares, y no es para menos: es rápido, no ensucia casi nada y da una pizza crujiente por debajo y fibrosa por encima, igual que recién salida del horno. Si tienes una sartén grande, puedes recalentar una pizza entera que haya llegado un poco fría. En cambio, una sartén pequeña es perfecta para recalentar unos trozos que hayan sobrado del día anterior.
- Calienta la sartén antiadherente a fuego medio (sin añadir aceite).
- Coloca la porción de pizza directamente en la sartén.
- Cúbrela con una tapa para ayudar a que el queso se derrita.
- Cocinar durante 2-3 minutos, hasta que la base esté dorada y crujiente.
Resultado: base crujiente, mozzarella bien fundida y un aroma irresistible. Una gran alternativa al horneado, ideal para los que les gusta la pizza "como en una pizzería".
2. Horno tradicional: bueno para una pizza entera
Si la pizza ha llegado tarde o simplemente te sobró media, el horno es una opción segura para recuperar su estado original sin estropearla.
- Precalienta a 180-200 °C, tanto si usas calor arriba y abajo como si optas por el ventilador.
- Coloca los trozos separados sobre una bandeja con papel de horno y deja que se calienten durante 6 a 8 minutos.
- Vigila que no se resequen demasiado.
Un pequeño truco: si echas unas gotas de agua en los bordes antes de hornear, ayudarás a que se mantenga jugosa por dentro mientras la parte exterior se tuesta ligeramente.
3. En una freidora de aire: el método del momento para unos trozos de pizza sobrantes.
La freidora de aire es una de las formas más rápidas y eficaces de recalentar pizza, sobre todo cuando sólo te sobran unos trozos y no quieres encender el horno. Es perfecta para obtener un resultado crujiente y seco sin añadir aceite.
- Ajuste la temperatura a 180°C.
- Colocar las rebanadas en la cesta sin superponerlas.
- Calentar durante 3-4 minutos, controlando que no se sequen demasiado.
¿El resultado? Una base crujiente y bien caliente, ideal para dar nueva vida a tu pizza del día anterior.
4. Microondas con un truco anti gomitas
No es el método más recomendable, pero si tienes prisa, puede sacarte del apuro. Eso sí, conviene aplicarlo con cierto cuidado para evitar que el resultado sea una masa blanda y pegajosa.
- Coloca el trozo en un plato apto.
- Añade un vaso de agua dentro del microondas: ayuda a controlar la humedad y mejora la textura final.
- Calienta entre 30 y 60 segundos a potencia media. El queso debe volver a fundirse, sin que la base quede completamente reblandecida.
Consejo: utilice este método sólo si tiene prisa. La base quedará un poco blanda, pero la pizza seguirá estando buena y caliente para comer.
El truco esencial antes de recalentar una pizza fría
Si la pizza ha estado en el frigorífico, no la metas directamente al fuego o al horno. Déjala reposar unos 15 minutos a temperatura ambiente antes de recalentarla.
Este gesto sencillo evita un cambio brusco de temperatura que podría alterar la textura de la masa, resecándola o volviéndola chiclosa. Permitir que recupere poco a poco su temperatura natural contribuye a que la base quede más suave y el resultado general sea mucho más apetecible.
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Daniele Mainieri