¿Puede la canela de tu despensa dañar tu hígado?
¿Hay que preocuparse por poner canela en todo? La cuestión no es tan sencilla como un sí o un no. Depende de dos factores: la cantidad que consumas y el tipo de canela que utilices. Porque, aunque hablemos de “canela” en general, no todas son iguales. Una de ellas, la más habitual en los supermercados, contiene un compuesto natural que en exceso puede convertirse en un problema para el hígado.
Canela en la mesa: un hábito que parece inocente
Añadir canela al café, al yogur o a la avena de los niños es un gesto que transmite calidez y da un aire casero a los platos. Es aromática, reconfortante y muchos la relacionan con lo saludable. Sin embargo, cuando ese gesto se convierte en rutina diaria, conviene hacer una pausa y preguntarse: ¿qué tipo de canela estoy usando?
Cassia y ceilán: no toda la canela es igual
En España, la mayor parte de la canela que encontramos en polvo en el supermercado procede de la variedad cassia. Es más económica, de sabor más intenso y color más oscuro. Frente a ella está la canela de ceilán, más clara, más delicada y también bastante más cara.
La diferencia clave está en la cumarina, un compuesto natural presente en la cassia en cantidades mucho más altas que en la de ceilán. Y es precisamente la cumarina la que, en grandes dosis y consumida a largo plazo, puede dañar el hígado en personas sensibles.
¿Debemos dejar de usar canela?
No. El riesgo depende del patrón de consumo.
- En la cocina española tradicional, donde la canela se utiliza de manera esporádica —un arroz con leche, unas natillas, algún bizcocho—, el consumo de cassia no plantea problemas.
- El punto de atención surge con quienes usan canela a diario: en el café de la mañana, en el batido de media tarde, en la avena del desayuno. Si siempre es cassia, la ingesta de cumarina puede superar fácilmente las cantidades recomendadas.
Cómo elegir y cómo usarla
- Etiqueta: lo más seguro es fijarse en la denominación botánica. Si ves Cinnamomum verum o “canela de Ceilán”, estás ante la variedad auténtica; si solo aparece la palabra “canela”, lo habitual es que se trate de cassia.
- Aspecto: en rama, la diferencia se aprecia bien. La de Ceilán forma palitos delgados, quebradizos, compuestos por varias capas finas superpuestas, mientras que la cassia se presenta como tubos gruesos y compactos de una sola lámina.
- Precio: la de Ceilán suele ser más cara, pero merece la pena si la usas a diario.
- En polvo: aquí la distinción es más complicada, aunque existe un truco sencillo. Al añadirla a agua caliente, la cassia suele quedarse arenosa en el fondo del vaso, mientras que la de Ceilán tiende a formar una textura algo más viscosa gracias a su mayor contenido en fibra.
Lo que importa de verdad
En España, la canela sigue siendo más un guiño aromático que un ingrediente de uso masivo. El arroz con leche de la abuela, unas natillas caseras o un café con un toque especiado no bastan para convertirla en un problema de salud pública. Pero los hábitos cambian: cada vez más personas espolvorean canela a diario en la avena del desayuno o en el café de media tarde. Y ahí conviene detenerse. La variedad que más circula en los supermercados es la cassia, rica en cumarina, un compuesto que en exceso puede poner a prueba al hígado. No se trata de alarmarse, sino de elegir con criterio: para un uso ocasional no hay riesgo real, pero si la canela se convierte en un ritual cotidiano, la alternativa más segura es la de ceilán, menos común, más cara, pero mucho más amable con el organismo.
Patricia González
¡Hola! Nos alegra mucho que la información te haya servido. La canela de Ceilán es la variedad más apreciada por su aroma delicado y porque contiene menos cumarina que la cassia. ¡Gracias por leernos!