Pasta perfecta: las 6 reglas de oro para que no se pegue

viernes 27 junio 2025 11:20 - Eva Alberghetti
Pasta perfecta: las 6 reglas de oro para que no se pegue

¿Alguna vez has escurrido la pasta y te la has encontrado pegajosa, rota o demasiado blanda? Cocerla bien no es cuestión de suerte, sino de aplicar una serie de pequeños gestos que marcan la diferencia. Aquí tienes las reglas de oro para evitar que se pegue y conseguir, siempre, una pasta en su punto, tal como dicta la tradición italiana.


1. El agua importa: cuánta usar y por qué

Uno de los errores más frecuentes es usar poca agua al cocer la pasta. Necesita espacio para moverse libremente: si no lo tiene, el almidón que libera durante la cocción se concentra y hace que se pegue.

Regla básica:

  • 1 litro de agua por cada 100 gramos de pasta.

Una olla pequeña o con poca agua ralentiza la ebullición y favorece que la pasta se apelmace, incluso aunque la remuevas. Mejor ser generoso con el agua que lamentarse luego por una pasta apelmazada.

2. El gesto clave: remover desde el principio (y con frecuencia)

Uno de los pasos más subestimados es remover la pasta nada más echarla al agua. En los primeros 30-60 segundos libera más almidón, y si se queda quieta… se pega.

Técnica recomendada:

  • Remueve justo después de echar la pasta.
  • Sigue removiendo cada 1 o 2 minutos, sobre todo con formatos largos.

En el caso de espaguetis, linguini o tallarines, ayúdate de un tenedor o unas pinzas de cocina para sumergirlos bien y separarlos con suavidad.

3. ¿Echar aceite al agua? Mejor que no

Una creencia muy extendida dice que añadir aceite al agua evita que la pasta se pegue. Es un mito bastante popular… pero no es cierto.

Por qué no funciona (y puede ser contraproducente):

  • El aceite flota y no entra en contacto real con la pasta.
  • Crea una película grasa que dificulta que el condimento se adhiera después.

Si vas a dejar enfriar la pasta antes de aliñarla —por ejemplo, en una ensalada— puedes añadir un poco de aceite una vez escurrida, nunca durante la cocción.

4. Elige bien la olla: tamaño y material cuentan

La olla que uses influye más de lo que parece. No se trata solo de capacidad, sino también de forma y materiales.

Opta por una olla:

  • Alta y con buena capacidad, para que haya suficiente agua.
  • Con base gruesa, que conserve bien el calor.
  • Ancha, si vas a cocer pasta larga, para evitar que se rompa.
Las ollas antiadherentes o de acero inoxidable con fondo difusor reparten mejor el calor y favorecen una cocción más uniforme, con menos riesgo de que la pasta se apelmace.

5. El hervor debe ser constante y enérgico

Mucha gente, al echar la pasta, baja el fuego creyendo que así controlará mejor la cocción. Error. El agua debe hervir con fuerza todo el tiempo para:

  • Evitar que la pasta se quede en el fondo.
  • Favorecer que se mueva de forma natural.

Si el hervor se debilita, puedes tapar la olla unos segundos hasta que vuelva a hervir. Luego continúa la cocción sin tapa y con el fuego lo bastante alto para mantener la ebullición viva.

6. Respetar los tiempos de cocción

La cocción es uno de los momentos más delicados en la preparación de la pasta. Exceder incluso los minutos indicados por un pequeño margen puede comprometer la textura, el sabor y la digestibilidad. La pasta demasiado cocida no sólo pierde mordiente, sino que tiende a pegarse, haciendo que el plato resulte menos apetecible. Por eso es fundamental respetar el tiempo de cocción.

Qué ocurre si se cuece la pasta demasiado tiempo:

  • Libera demasiado almidón: el agua se vuelve densa y pegajosa, favoreciendo que la pasta se pegue.
  • Pierde su estructura: se vuelve blanda y se rompe con facilidad, arruinando la textura del plato.
  • Absorbe demasiada salsa: se corre el riesgo de obtener una pasta suelta, con la salsa "desapareciendo".

Cuece la pasta al dente y escúrrela 1-2 minutos antes del tiempo máximo indicado en el paquete. Así conservará el cuerpo, el sabor y no se pegará.

Cuando lo simple se hace bien

Cocer pasta puede parecer simple, pero lograr que salga perfecta requiere algo más que agua hirviendo. Es cuestión de atención: al agua, al hervor, al gesto de remover en el momento justo. Cuando esos pequeños detalles se cuidan, la pasta responde: no se pega, no se rompe, y llega al plato con textura, sabor y presencia.

Porque al final, la buena pasta no es magia. Es costumbre, práctica… y un poco de cariño bien aplicado.


Eva AlberghettiEva Alberghetti
En Petitchef, me sumergí inmediatamente en este mundo de recetas y artículos. Con mi pasión por la cocina (sobre todo la repostería) y mi imaginación un poco desbocada, cada día me embarco en nuevas experiencias. A veces cometo algunos errores tontos (¡la distracción nunca está lejos!), pero a veces también consigo sorprenderme a mí misma... ¡en el buen sentido!

Comentarios

Califica este artículo: