Nuestros 6 postres en microondas favoritos: fáciles, rápidos y con mucho sabor
El microondas siempre ha tenido fama de electrodoméstico práctico, pero poco inspirador: calienta la leche del desayuno, descongela el pan y poco más. Sin embargo, encierra posibilidades que solemos pasar por alto, sobre todo en el terreno dulce. En cuestión de minutos y con lo que tengas en la despensa, puede sacar adelante un brownie húmedo, un flan de coco exprés o un bizcocho esponjoso sin ensuciar media cocina.
En las próximas líneas hemos reunido 6 recetas infalibles de postres en microondas que muestran hasta dónde puede llegar este aparato: rápidas, sencillas y con resultados que sorprenden. Perfectas para esos días en los que apetece un capricho casero, pero no quieres esperar horas ni encender el horno.
Nuestros mejor postres al microondas
¿Por qué nos gusta hacer postres en el microondas?
En repostería, el microondas sorprende: menos tiempo, menos esfuerzo y resultados que invitan a repetir.
- Velocidad: en cuestión de minutos puedes disfrutar de un dulce casero.
- Practicidad: no hace falta encender el horno ni gastar más energía de la necesaria.
- Sencillez refinada: recetas fáciles de ejecutar, incluso para quien no acostumbra a hacer repostería.
- Orden en la cocina: se ensucia menos menaje y la limpieza es mínima.
- Capricho inmediato: perfectos para cuando apetece un bocado dulce sin largas esperas.
- Variedad de propuestas: desde un brownie húmedo hasta una tarta de queso ligera o un delicado mug cake.
Algunos consejos extra:
El microondas no es un horno en miniatura, y conviene recordarlo.
Los postres que salen mejor son los de formato reducido: un bizcocho en taza, una porción de brownie, una crema rápida.
Lo ideal es cocinarlos en recipientes de cerámica o silicona y hacerlo en tandas cortas, comprobando la textura a cada paso: el calor penetra de forma desigual, y un minuto extra puede marcar la diferencia.
Un truco es dejarlos reposar un par de minutos antes de servir: el calor residual termina de asentarlos, logrando una miga más jugosa. Y para que el resultado no quede plano, añade siempre un detalle fresco al final: un puñado de frutos rojos, una cucharada de yogur griego o unas ralladuras de limón. El postre se convierte así en algo más que un antojo exprés.
Patricia González





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