No cometas estos 9 errores (muy) comunes al hacer una salsa chimichurri

Thursday 26 June 2025 11:00 - Patricia González
No cometas estos 9 errores (muy) comunes al hacer una salsa chimichurri

Hay pocas salsas con tanta personalidad como el chimichurri. Bastan unos cuantos ingredientes humildes, perejil, ajo, aceite, vinagre y orégano, para crear una salsa vibrante e inconfundible. Esta mezcla nacida en Argentina ha cruzado fronteras y hoy adereza carnes en medio mundo. Pero tanta popularidad tiene un precio: cuanto más se difunde, más se desdibuja su receta tradicional. Como todo lo aparentemente sencillo, el chimichurri tiene sus reglas no escritas. No se trata de seguir una fórmula rígida: cada casa tiene el suyo. Pero incluso la versión más libre agradece una cierta lógica culinaria, una armonía entre rusticidad y equilibrio. Por eso merece la pena detenerse en los errores más habituales, esos que, sin parecer graves, desajustan el conjunto y le restan autenticidad.


Usar perejil seco (o lo que es peor, en polvo)

Empecemos por lo básico: el chimichurri se hace con perejil fresco. Y fresco no significa ese manojo mustio olvidado en el fondo del cajón de las verduras. Hablamos de hojas firmes, verdes, planas —nunca rizadas—, bien lavadas y secadas con mimo. El seco simplemente no sirve: aporta textura terrosa y sabor apagado.

Pasarse de vinagre como si fuera un escabeche

El ácido es esencial, pero no debe imponerse. Uno de los errores más comunes es desequilibrar la salsa con demasiado vinagre. El resultado: una mezcla punzante que arrasa con todo. La proporción razonable: tres partes de aceite por una de vinagre. Y aun así, conviene probar y ajustar al final.

Añadir cebolla, cilantro o pimentón dulce y seguir llamándolo chimichurri

Sí, la cocina admite licencias. Pero no toda invención es una mejora. Añadir cebolla cruda (demasiado invasiva), cilantro (más propio de un mojo verde) o pimentón dulce (que enturbia el color y el perfil) cambia radicalmente el carácter del chimichurri. Lo convierte en otra cosa. Y no pasa nada. Pero llamémoslo por otro nombre.

No dejarlo reposar (y pretender que funcione)

El chimichurri es una salsa de reposo, no de inmediatez. Necesita horas para que los sabores se mezclen y se suavicen. El ajo crudo, el vinagre, las hierbas… todos necesitan tiempo para "hablar" entre ellos. Prepararlo en el momento del asado es como servir una infusión sin dejarla reposar: los ingredientes no han tenido tiempo de macerar ni de armonizarse.

No quitar el germen del ajo

Un gesto diminuto que marca la diferencia. Ese pequeño brote central que tiene el ajo (sobre todo si ya ha empezado a germinar) aporta amargor y puede resultar indigesto. Retirarlo antes de picar el ajo es una precaución sencilla que tu estómago, y el de tus invitado, apreciarán.

Elegir un aceite con demasiada personalidad

El aceite de oliva virgen extra es noble, sí. Pero en este caso, más vale uno suave, incluso neutro. Si usas un arbequina muy verde o un picual robusto, puede eclipsar por completo al resto.

Picarlo en batidora o procesador (hasta hacerlo puré)

Hay una textura ideal para el chimichurri: irregular pero bien ligada. Las hojas deben estar finamente picadas, no licuadas. Usar un robot de cocina suele generar un resultado pastoso y opaco. Mejor a cuchillo y con paciencia, como manda la tradición.

No probarlo antes de servir

Tan obvio como esencial. No importa cuántas veces lo hayas hecho: cada vinagre es distinto, cada ajo tiene su fuerza. Probar, ajustar, corregir y afinar hasta dar con el punto justo.

Usarlo solo para el asado

No es un error técnico, pero sí una limitación innecesaria. El chimichurri puede animar unas patatas asadas, una burrata, una tostada con huevo o incluso una ensalada de legumbres. Tener un frasco en la nevera y recurrir a él más allá del costillar es, sencillamente, aprovechar una salsa capaz de darle carácter incluso al plato más sencillo.


Salsa chimichurri: el toque perfecto para tus asados y barbacoas

En Argentina, no hay asado sin chimichurri ¡Y no es para menos! Esta salsa, deliciosa y versátil, no solo potencia el sabor de carnes, pescados y verduras, sino que añade un toque de frescura y picante que la hace irresistible. Conocida en todo el...

¿Y tú?

¿Tienes tu propia receta de chimichurri? ¿Le añades tu toque secreto o prefieres ceñirte a la versión clásica? ¿Te ha pasado alguno de estos errores (y lo confiesas)? Cuéntanos: ¿cómo lo preparas tú? Te leemos en comentarios. Porque, al final, cada chimichurri tiene una historia... y queremos conocer la tuya.

Patricia GonzálezPatricia González
Apasionada por la cocina y el buen comer, mi vida se mueve entre palabras bien escogidas y cucharas de madera. Responsable pero despistada. Periodista y redactora con años de experiencia, encontré mi rincón ideal en Francia, donde trabajo como redactora para Petitchef. Me encantan el Bœuf bourguignon pero echo de menos el salmorejo de mi madre. Aquí combino mi amor por la escritura y los sabores suculentos para servir recetas e historias sobre cocina que espero te inspiren. La tortilla, me gusta con cebolla y poco hecha : )

Comentarios

Califica este artículo: