En verano, tu nevera puede convertirse en la culpable de una factura de la luz más alta de lo normal. 7 trucos para ahorrar energía sin complicarte
Llega el buen tiempo y, con él, pequeños cambios en casa que se notan: el aire acondicionado encendido desde la mañana, las persianas bajadas a media tarde para que no entre tanto sol, la ropa tendida antes de las nueve... Pero hay un electrodoméstico que, en este contexto estival, muchas veces pasa desapercibido: la nevera, que en verano trabaja el doble para mantener los alimentos a salvo del calor.
Cada vez que la abrimos, se escapa el aire frío. Si guardamos un plato aún templado, el motor se ve obligado a esforzarse más. Incluso su ubicación, si está cerca del horno o de una ventana soleada, puede hacer que consuma más de lo que debería. Y todo eso, poco a poco, se nota en la factura.
¿La buena noticia? No hace falta complicarse. Basta con seguir algunos trucos sencillos que puedes poner en práctica desde hoy mismo.
1. No guardes la comida caliente directamente en la nevera
Esto obliga al motor a trabajar más para enfriar el interior. Deja que los alimentos se templen antes de meterlos al frigorífico.
2. Evita abrir la puerta constantemente
Cada vez que se abre, se escapa el aire frío y entra aire caliente. Organiza bien los productos para encontrar lo que necesitas sin entretenerte.
3. Revisa el estado de la goma de la puerta
Una goma deteriorada o mal sellada permite que se pierda el frío, aumentando el consumo eléctrico. Cámbiala si está reseca, rota o despegada.
4. Ajusta bien el termostato
En verano, es habitual subir la potencia al máximo, pero no siempre hace falta. Verifica que la temperatura esté correctamente ajustada a la estación.
5. No sobrecargues el interior
Llenar la nevera hasta los topes impide que el aire frío circule correctamente. Deja algo de espacio entre los productos.
6. Descongela con frecuencia (si tu modelo no es "no frost")
El hielo acumulado en el congelador reduce la eficiencia del aparato. Un buen mantenimiento mejora el rendimiento y alarga la vida útil.
7. Coloca el frigorífico lejos de fuentes de calor
No la pongas junto al horno, al fogón o en zonas donde dé el sol directo. Lo ideal es un espacio sombreado y bien ventilado.
Extra: sácale partido a la tecnología
Algunos modelos más recientes incluyen funciones como “modo eco” o “modo vacaciones”. Actívalos por la noche o cuando vayas a estar fuera varios días.
Conclusión
Con unos pocos ajustes cotidianos, puedes hacer que tu nevera funcione mejor sin que la factura de la luz se dispare en verano. Y de paso, conservarás mejor los alimentos y reducirás el desperdicio. Todo suma cuando el calor aprieta.
Mirella Mendonça
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