¿Creías que comías sin gluten? Algunos alimentos del día a día lo esconden sin que lo imagines
Pensamos que sabemos reconocer el gluten a simple vista. Pan, pasta, bizcochos: los sospechosos habituales. Pero, ¿y si también estuviera donde menos lo imaginas? En productos cotidianos, incluso en algunos que ni se te ocurriría asociar con harina.
Para quienes deben evitarlo, ya sea por celiaquía o sensibilidad al gluten no celíaca, esto puede ser un verdadero desafío: una mínima cantidad basta para provocar molestias digestivas, cansancio o inflamación.Entonces, ¿dónde se esconde realmente? ¿Y cómo evitarlo sin renunciar al placer de comer bien?Te contamos los lugares más insospechados… y las alternativas seguras.
Salsas y sopas industriales
Poca gente lo sabe, pero la harina de trigo se usa a menudo como espesante o estabilizante en muchas salsas comerciales.
- Bechamel, salsas oscuras, marinadas o pastas de curry: todas pueden contener gluten para lograr una textura cremosa y homogénea.
- También ocurre con sopas instantáneas o cremas deshidratadas, donde el trigo sustituye a almidones más neutros o costosos.
- Incluso algunos caldos concentrados o cubitos lo incluyen, bajo nombres como maltodextrina de trigo o proteína vegetal hidrolizada.
Consejo: revisa siempre la lista de ingredientes. Palabras como trigo, malt, proteína vegetal hidrolizada, extracto de malta o ciertos espesantes con código E pueden indicar la presencia de gluten.
Alternativa casera: espesa tus salsas con maicena, fécula de patata o harina de arroz, que ofrecen un resultado igual de suave y sin riesgo.
Natillas y postres cremosos
Las cremas pasteleras, flanes o natillas industriales suelen emplear harina de trigo como agente de textura.
Incluso un lemon curd aparentemente inocente puede contener gluten, ya que algunas recetas comerciales usan harina en lugar de féculas puras.
Y lo mismo ocurre con puddings o flanes envasados, donde las trazas pueden proceder de la línea de producción.
Truco casero: sustituye la harina por maicena, harina de arroz o polvo de arrurruz (arrow-root). No alteran el sabor y mantienen la textura cremosa.
Salsas de soja y otros condimentos
La salsa de soja clásica (shoyu) se elabora fermentando soja y trigo, de modo que contiene gluten. Solo la salsa tamari auténtica (fermentada únicamente con soja) es apta para dietas sin gluten. Pero no es el único caso.
Algunas mostazas, vinagretas industriales o salsas como la barbacoa o la agridulce pueden incluir gluten añadido para espesar o estabilizar.
Recomendación: apuesta por condimentos sencillos, elaborados en casa, o busca productos con el sello oficial “sin gluten”.
Embutidos y platos preparados
El gluten se emplea con frecuencia como aglutinante, estabilizante o fuente de proteína vegetal en productos cárnicos procesados.
Puede estar presente en salchichas, patés, terrinas o rillettes industriales, pero también en cordon bleu, empanados o platos listos para calentar.
Incluso ciertas carnes marinadas o guisos al vacío pueden contenerlo si en la etiqueta aparecen términos como proteínas vegetales o liantes.
Opción más segura: elige productos artesanos o con la mención “sin gluten”, y cocina en casa siempre que puedas con ingredientes frescos y simples.
Helados, caramelos y otros dulces
El gluten también se cuela en el terreno más dulce:
- algunos helados industriales usan harina o derivados de trigo para mejorar la textura o la aireación;
- determinadas gominolas o caramelos llevan almidón de trigo o malta;
- barritas de chocolate o galletas rellenas pueden contenerlo aunque no se aprecien cereales a simple vista.
Consejo: elige helados artesanos o dulces con certificado “sin gluten” y revisa siempre la lista de aditivos, en especial los que contienen maltas o almidones modificados.
El gluten se cuela donde menos lo imaginas
Para las personas sensibles, la vigilancia es esencial:
Leer todas las etiquetas es la regla de oro, porque el gluten puede esconderse bajo diferentes nombres.
Busque las etiquetas oficiales "sin gluten" o "certificado AFDIAG".
Desconfía de los productos procesados, incluso de los que se consideran "inofensivos".
La buena noticia es que la cocina casera sigue siendo la solución más segura.
Sustituye la harina de trigo por :
- maicena, fécula de maíz
- harina de arroz
- harina de castaña
- harina de trigo sarraceno o de quinoa.
Con un poco de práctica, los resultados son igual de ricos y, sobre todo, mucho más tranquilos para el cuerpo.
Adèle Peyches
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