Cosas que hacemos con la pasta y que harían llorar a un italiano

martes 29 julio 2025 11:30 - Patricia González
Cosas que hacemos con la pasta y que harían llorar a un italiano

Si decimos pasta, decimos Italia. Todos la cocinamos, todos la disfrutamos… y más de uno la ha profanado sin saberlo. Porque la pasta lo perdona casi todo: falta de tiempo, de ideas… incluso de ganas. ¿Quién no ha vaciado un bote de pesto industrial sobre unos espaguetis y le ha llamado receta? Pero en esa confianza, también cometemos sacrilegios.

Desde fuera, nos lanzamos a ella con entusiasmo, sí, pero también con una inconsciencia alegre que, vista desde Italia, roza lo imperdonable. Gestos inocentes como romper los espaguetis antes de hervirlos, para nosotros cotidianos… para ellos, una profanación. Creemos improvisar con gracia y, mientras tanto, en algún rincón de Bolonia, alguien se lleva las manos a la cabeza.

¿Seguro que tú no has pecado también? Aquí van algunas costumbres que, sin saberlo, atentan contra la santidad de la pasta. Ningún carabiniere vendrá a por ti, pero si cenas con un italiano… más vale estar prevenido.


1. Partir la pasta larga antes de cocerla

Romper los espaguetis antes de cocinarlos es una de esas costumbres que, fuera de Italia, pasan por prácticas. Pero en su país de origen, se considera una falta de respeto. La pasta larga no se parte: se dobla, se enrosca, se acompaña. Fragmentarla es romper el equilibrio entre forma, textura y modo de comer.

2. Cocer la pasta hasta que “esté blandita”

Si la pasta ha perdido toda resistencia, si se deshace antes de llegar al tenedor, si podrías dársela a un bebé sin triturarla… está sobrecocida. Y lo más grave: se ha alejado por completo del punto al dente, esa firmeza sutil que define la cocción perfecta. Inadmisible.

3. Echar aceite al agua de cocción

“Para que no se pegue”, dicen. Pero el aceite en el agua de cocción no cumple esa promesa. Solo flota en la superficie, no evita que la pasta se apelmace y, lo que es peor, impide que la salsa se adhiera como debe. Según algunos, también despierta la desaprobación silenciosa de generaciones de abuelas italianas.

4. Cortar los espaguetis con cuchillo y tenedor

Lo sabemos: los espaguetis —y otras pastas largas— pueden parecer difíciles de manejar. Pero cortarlos con cuchillo y tenedor no es una solución práctica, es un error. En Italia, se considera una falta de respeto al plato. Lo correcto es girarlos con el tenedor hasta formar un pequeño nido. Y si necesitas una cuchara de apoyo, úsala con discreción.

5. Mezclar restos de pasta de distintos tipos

Media bolsa de penne, unos fusilli huérfanos, tres rigatoni que quedaron en el fondo del paquete… ¿por qué no juntarlos todos? Pues porque en Italia eso no se hace. Cada formato tiene su personalidad, su salsa ideal, su tiempo de cocción. Mezclarlos es como hacer un collage con páginas sueltas de distintos libros y llamarlo novela.

6. Añadir nata a la carbonara (y llamarla carbonara)

Este es, probablemente, el mayor de los pecados. Una auténtica carbonara no lleva nata. Ni cebolla. Ni champiñones. Solo huevos, queso pecorino, guanciale y pimienta. Nada más. Nada menos. Si le echas nata, llámala de otra forma: no es carbonara. Y no lo decimos por purismo, sino por respeto a la receta original.

7. Rociar la pasta con queso sin preguntar

Es casi un reflejo: plato de pasta, lluvia de parmesano. Pero no todas lo agradecen. Algunas, sobre todo las que llevan marisco, directamente lo rechazan. Añadir queso en esos casos no es solo un error: para un italiano, puede rozar la ofensa. Pregunta antes. O fíjate en sus ojos: si ves que se le dilatan las pupilas, guarda el rallador.

8. Echarle ketchup a la pasta

Pesto alla genovese, rosso o calabrese. Salsa al limone, puttanesca, amatriciana, ragù alla bolognese… La cocina italiana ha dedicado siglos a perfeccionar sus salsas. Añadir kétchup a un plato de pasta no es una licencia creativa: es una simplificación innecesaria que desdice tanto del producto como del paladar.

9. Servir la pasta como guarnición

Junto a un filete, como acompañamiento a una pechuga de pollo… la pasta ha sido, en muchas cocinas españolas, reducida al papel secundario de guarnición. Pero en la tradición italiana, la pasta es siempre protagonista. Es un piatto primo, con entidad propia, pensada para servirse sola.

10. Usar pan para empujar la pasta (sin fare la scarpetta correctamente)

En Italia, el pan y la pasta no se mezclan a la ligera. Usarlo para empujar los espaguetis como si fuera una pala es un gesto poco refinado que desentona en la mesa. Lo que sí está permitido (y celebrado) es fare la scarpetta: recoger con un trozo de pan el último resto de salsa, una vez terminado el plato. Pero solo al final, y siempre con discreción.

11. Guardar la pasta cocida en la nevera para otro día y recalentarla

La pasta no es un guiso. Ni el punto, ni la textura, ni la gracia sobreviven al reposo. Enfriar la pasta ya cocida para calentarla al día siguiente (sobre todo si ya está mezclada con la salsa) transforma lo que fue un plato vibrante en una masa blanda y sin matices. En Italia, la pasta no se reaprovecha: se sirve recién hecha, con el tiempo justo de cocción y el aliño preciso.

12. Poner la salsa a parte una vez que está cocida

Escurrir la pasta, servirla en el plato y añadir después una cucharada de salsa por encima: una escena habitual en muchas mesas, pero alejada del modo correcto de prepararla. En la cocina italiana, la salsa no se añade al final, se integra antes, en la sartén, con un poco de agua de cocción y un breve salteado que hace que se ligue todo.

¿Inofensivos errores o herejías gastronómicas?

No se trata de ir por el mundo con miedo a hervir macarrones, pero sí de entender que, en Italia, la pasta no es solo comida: es cultura, identidad, casi religión. Así que, la próxima vez que cocines espaguetis, recuerda estas líneas. Y si decides ignorarlas… al menos que sea con conocimiento de causa.

Patricia GonzálezPatricia González
Apasionada por la cocina y el buen comer, mi vida se mueve entre palabras bien escogidas y cucharas de madera. Responsable pero despistada. Periodista y redactora con años de experiencia, encontré mi rincón ideal en Francia, donde trabajo como redactora para Petitchef. Me encantan el Bœuf bourguignon pero echo de menos el salmorejo de mi madre. Aquí combino mi amor por la escritura y los sabores suculentos para servir recetas e historias sobre cocina que espero te inspiren. La tortilla, me gusta con cebolla y poco hecha : )

Comentarios

Califica este artículo:
4.14/5, 21 votos 5 comentarios

Pc2802

Todo lo que se ha escrito es pura verdad.

abuso

anonymous

Muy acertado

abuso

Jorge Silvio

Imposible de conseguirlo en Argentina el guanciale , uso panceta ahumada en trozos , NO ya filetiada . Probè ambos y es distinto pero .....
Te agradezco pròximo tips italiano para pastas rellenas .-
Gracias , saludos

abuso
Respuesta Petitchef:

¡Hola! La panceta en trozos es una excelente alternativa al guanciale, aporta mucho sabor. Para pastas rellenas, prueba con salsas simples como mantequilla y salvia o tomate fresco. ¡Gracias por tu comentario y saludos!

O2708

Gracias

abuso

anonymous

Me encanta

abuso
Respuesta Petitchef:

¡Gracias! Nos alegra mucho saber que te ha gustado el contenido.