Cómo recalentar una lasaña del día anterior sin estropearla ni dejarla seca

Sunday 7 December 2025 20:00 - Daniele Mainieri
Cómo recalentar una lasaña del día anterior sin estropearla ni dejarla seca

La lasaña es uno de esos platos que resumen, por sí solos, toda la calidez de la cocina italiana: capas jugosas, salsa envolvente y ese aroma a domingo familiar que llena la casa. Pero cuando sobra —y sobra a menudo— aparece el dilema: ¿cómo recalentarla sin que termine seca, con los bordes duros y el centro frío?

Aquí tienes las claves para devolverle su textura original, evitar que pierda jugosidad y conseguir que vuelva a quedar como recién salida del horno.


Por qué es importante recalentar bien la lasaña

Una lasaña recalentada correctamente puede estar tan buena como la original. Lo importante es lograr que el calor llegue al interior sin endurecer la superficie.

La pasta, la salsa, el queso y la bechamel reaccionan distinto al calor. Si aumentas demasiado la temperatura, la parte superior se seca; si te quedas corto, el centro queda frío. El objetivo es calentarla de forma uniforme para que los sabores vuelvan a integrarse.

Los mejores métodos para recalentar lasaña

Estos métodos son los que mejor funcionan:

1. En el horno tradicional: el mejor método

El horno es la opción perfecta si quieres que tu lasaña quede tan cremosa y dorada como recién hecha.

Cómo hacerlo:

  1. Precalienta el horno a 180°C.
  2. Cubre la lasaña con papel de aluminio para conservar la humedad.
  3. Caliéntala 20–25 minutos (unos 15 si es una ración).
  4. Retira el aluminio en los últimos 5 minutos para dorar la superficie.

Truco: añade una cucharada de leche o un poco de bechamel por encima antes de recalentar. La pasta absorberá parte del líquido y conservará mejor su suavidad.

2. En la sartén - rápido y sorprendentemente eficaz

Si no quieres encender el horno, una sartén antiadherente con tapa es una gran alternativa.

Cómo hacerlo:

  1. Pon la porción de lasaña en la sartén con una cucharada de agua o leche.
  2. Tapar y calentar a fuego lento durante 8-10 minutos.
  3. En los últimos minutos destapar para obtener una ligera costra.

Consejo: si la tapa es de cristal, podrás controlar la cocción sin perder calor.

3. En el microondas - para los que tienen poco tiempo

El microondas es el método más rápido, pero requiere cuidado para no comprometer el resultado.

Cómo hacerlo:

  1. Corta la lasaña en pequeñas porciones para que se caliente uniformemente.
  2. Cubre con film apto para microondas o con un plato invertido.
  3. Utiliza potencia media (600 W) durante 2–3 minutos.
  4. Si el centro sigue frío, añade 30 segundos más.

Consejo: añade un poco de leche o una cucharadita de bechamel por encima antes de calentar. Mejora la textura.

Errores comunes al recalentar lasaña

Mucha gente cree que lo único que hay que hacer para calentar una lasaña es "meterla en el horno y listo", pero hay algunos errores muy comunes que podemos evitar fácilmente.

Esto es lo que NO hay que hacer

  • Temperaturas demasiado altas: endurecen la parte superior.
  • No cubrir la lasaña: la pasta se reseca.
  • Microondas a máxima potencia: seca las capas.
  • Recalentar más de una vez: pierde estructura y sabor.

Cómo recalentar lasaña precocinada y congelada

En este apartado hablamos siempre de lasañas ya cocinadas: pueden ser caseras (horneadas en casa y guardadas después en la nevera) o precocinadas del supermercado. No nos referimos a lasañas solo montadas y sin hornear.

Si la lasaña está en el frigorífico:

  • En horno: 180 °C durante unos 20 minutos, cubierta con papel de aluminio para que no se reseque.
  • En microondas: unos 3 minutos a potencia media suelen bastar para calentarla bien sin estropear la textura.

Si está congelada:

  • Déjala descongelar en la nevera toda la noche y recalienta como arriba.
  • O, si tienes prisa, ponla directamente en el horno a 160 °C durante 35–40 minutos, siempre cubierta.

Consejo: dejarla fuera de la nevera 10–15 minutos antes de recalentarse ayuda a que el calor se distribuya mejor.

El secreto de una lasaña perfecta incluso el día después

La diferencia entre una lasaña seca y una realmente perfecta radica en mantener la humedad adecuada. Basta un simple gesto, como añadir un poco de leche o tapar la sartén mientras se cocina, para que vuelva a estar suave y cremosa.

Y para darle un toque gourmet, espolvoree un poco de queso parmesano fresco en los últimos minutos de cocción: obtendrá una corteza dorada, perfumada e irresistible, como recién salida del horno.

En resumen

  • El horno es el método más eficaz para conseguir una textura perfecta.
  • La sartén es ideal para los que tienen poco tiempo pero no quieren renunciar a la textura crujiente.
  • El microondas funciona, siempre que se tomen pequeñas precauciones.

Calentar la lasaña no es sólo un gesto práctico, sino un acto de amor hacia uno de los platos más emblemáticos de la cocina italiana. Con el método adecuado, cada bocado puede transportarle al olor del domingo y al auténtico sabor de la tradición.

Daniele MainieriDaniele Mainieri
Cada día me sumerjo en el mundo de la cocina, buscando nuevas recetas y sabores para compartir: desde el plato de la abuela hasta las últimas tendencias alimentarias. ¡Llevo más de 10 años trabajando en comunicación alimentaria!

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