Alergia a los frutos secos: los platos que podrían contenerlos sin que lo sepas

miércoles 22 octubre 2025 13:00 - Adèle Peyches
Alergia a los frutos secos: los platos que podrían contenerlos sin que lo sepas

¿Eres de los que siempre pregunta en el restaurante: “¿Lleva frutos secos?”? Haces bien. Las alergias a los frutos secos, nueces, avellanas, almendras, pistachos, anacardos, nueces de Brasil, entre otros, son de las más comunes y, al mismo tiempo, de las más serias. Pero el peligro no se esconde solo en los postres con nueces o en las barritas de cereales: muchos platos cotidianos pueden contenerlos sin que lo sepamos, incluso bajo formas difíciles de identificar.


Por qué las alergias a los frutos secos requieren tanta precaución

Los frutos secos pertenecen a una familia de alimentos rica en proteínas vegetales, pero también en alérgenos muy potentes. En personas sensibles, una mínima cantidad basta para provocar desde picor o irritación en la boca hasta reacciones graves, como angioedema o incluso un shock anafiláctico.

A diferencia de otras alergias alimentarias, esta suele durar toda la vida, lo que obliga a mantener una vigilancia constante. Además, la contaminación cruzada, cuando un alimento entra en contacto con trazas de frutos secos en una fábrica o en una cocina profesional, es algo habitual.

Platos salados que pueden contener frutos secos sin que lo parezca

Tendemos a asociarlos con los dulces, pero muchos platos salados también los incluyen, a veces de forma sorprendente.

Pestos y salsas "verdes"

El pesto clásico se elabora con piñones, pero muchas versiones industriales o caseras sustituyen parte o la totalidad por nueces o almendras, ya sea por precio o por textura. Lo mismo ocurre con salsas etiquetadas como “albahaca y nueces”, “rúcula y avellanas” o “pesto revisitado”. Conviene revisar siempre las etiquetas o preguntar directamente por los ingredientes.

Platos asiáticos y woks

Muchas recetas tailandesas, chinas e indonesias incluyen cacahuetes, anacardos o aceites de frutos secos:

  • Pad Thai, con su clásico topping de cacahuetes picados.
  • salteados de pollo con anacardos,
  • Las salsas satay, elaboradas con manteca de cacahuete.

Aunque los cacahuetes no son técnicamente "frutos secos", sino legumbres, comparten alérgenos similares y pueden provocar reacciones cruzadas.

Carnes empanadas, albóndigas

Algunos restaurantes sustituyen el pan rallado por almendra o avellana molida para aportar textura. Es frecuente en carnes empanadas, pescados rebozados o hamburguesas vegetarianas.

Platos vegetarianos y veganos

Las hamburguesas vegetales, las salsas cremosas sin lácteos o los “quesos” veganos suelen incorporar puré de anacardos, almendras o nueces de macadamia para imitar la cremosidad del queso o de las natas animales.

Un detalle que conviene tener en cuenta, sobre todo en los menús “healthy”, donde los frutos secos se asocian a las llamadas grasas saludables.

Postres arriesgados (aunque no lo parezcan)

Los dulces son el terreno más delicado, aunque no siempre el peligro es evidente.

Pasteles, galletas y bollería

Los frutos secos pueden estar presentes en:

  • Masa quebrada o bases de tarta, donde se emplea a menudo harina o polvo de almendra.
  • Rellenos de crema, como la frangipane de una galette o de un pastelito.
  • Galletas industriales, incluso cuando no los mencionan, ya que muchas se elaboran en fábricas que manipulan frutos secos

Chocolate y derivados del cacao

Aunque no se vean trocitos de avellana, el chocolate suele fabricarse en instalaciones donde también se procesan frutos secos. Las barritas, pralinés y cremas untables casi siempre los contienen. Conviene fijarse en la advertencia “puede contener trazas de…”.

Helados y postres fríos

Los helados, tanto artesanales como industriales, pueden incluir pasta o aroma de frutos secos, o estar contaminados durante la producción.

Incluso los sabores neutros, como vainilla o café, pueden presentar trazas; y el propio barquillo puede elaborarse en la misma línea que los helados de avellana o pistacho.

Alimentos procesados a tener en cuenta

Los frutos secos aparecen también donde menos se espera:

  • Cereales de desayuno, incluso los que dicen no contenerlos.
  • Granolas y barritas energéticas, que suelen incluir almendra o nuez de pecán.
  • Panes especiales, sobre todo los “rústicos” o “integrales”, a los que algunas panaderías añaden frutos secos.
  • Ensaladas preparadas, con vinagretas de nuez, piñones o mezclas de frutos secos y frutas deshidratadas.

En resumen: vigilancia, sí, pero sin pánico.

Vivir con una alergia a los frutos secos te obliga a desarrollar una especie de “radar” cotidiano. Aprendes a desconfiar de las salsas demasiado cremosas o de los pestos o salsas de color intenso, a leer cada etiqueta hasta el final, incluidas las letras pequeñas donde suelen esconderse las advertencias de trazas, y a preguntar sin reparos antes de probar algo nuevo. Muchos alérgicos confían en una rutina sencilla pero infalible: llevar siempre encima un listado de los frutos secos que deben evitar, revisar cada envase aunque sea un producto habitual y, en restaurantes, pedir que indiquen la composición por escrito o preparen el plato por separado para evitar contaminaciones cruzadas.

Desde el punto de vista médico, se insiste en no bajar la guardia: cualquier persona con antecedentes de reacción grave debería llevar siempre consigo un autoinyector de adrenalina y asegurarse de que su entorno más cercano sepa cómo usarlo. La prevención, en este caso, es el ingrediente más importante.

Adèle PeychesAdèle Peyches
Responsable editorial que ansía el invierno para comer fondue. Apasionada por la gastronomía y siempre en busca de nuevos sabores, estudié derecho antes de regresar a mi primer amor: el gusto por los buenos productos y el placer de compartirlos alrededor de la mesa. :)

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