¿Vas a recoger castañas? Consejos para una salida segura, práctica y muy otoñal

jueves 23 octubre 2025 09:00 - Patricia González
¿Vas a recoger castañas? Consejos para una salida segura, práctica y muy otoñal

Ah, las castañas… solo con oír su nombre pensamos en el otoño, el bosque y ese olor dulce que anuncia la temporada fría. Pero antes de disfrutarlas asadas o en crema, hay que ir a por ellas. Y quien haya salido alguna vez con cesta y guantes lo sabe: no siempre es tan fácil como parece.

A veces vuelves con el cesto lleno; otras, solo con hojas y un buen paseo. Para evitarlo, aquí tienes una guía práctica con todo lo que conviene saber antes de lanzarte al monte.


Cuándo ir a recoger castañas

La temporada empieza a mediados de octubre y puede alargarse hasta finales de noviembre, dependiendo del clima y la altitud.

Las castañas maduran cuando el erizo —la cúpula espinosa que las protege— se abre por sí solo y deja ver el fruto en su interior. Si tienes que forzarlo, es que todavía no están listas.

El mejor momento:

  • Después de unos días de lluvia suave, cuando el suelo sigue húmedo pero el cielo se ha despejado.
  • Por la mañana, con buena luz y menos gente.
  • Evita los días de viento fuerte: los erizos caen antes de abrirse y es fácil pincharse o recoger frutos verdes.

Dónde buscarlas

Las castañas crecen bajo los castaños comunes (Castanea sativa), que se reconocen por su corteza rugosa, sus hojas dentadas y esos grandes erizos con tres frutos dentro.

Buenos lugares para encontrarlas:

  • Bosques mixtos de robles y castaños.
  • Laderas con suelo ácido y húmedo.
  • Zonas de tradición castañera: El Bierzo, el Valle del Genal, la Sierra de Aracena, Ourense o el norte de Cáceres.

Consejo importante: Asegúrate de que el terreno sea público o tengas permiso. Muchos sotos de castaños son privados, y recoger sin autorización puede estar prohibido.

Cómo recogerlas sin pincharte

Los erizos están llenos de espinas duras y finas. Nada de cogerlos con las manos desnudas.

Lleva:

  • Guantes gruesos (de cuero o jardinería).
  • Calzado cerrado, antideslizante.
  • Un palo o bastón para mover los erizos abiertos.
  • Una cesta o saco de malla: el aire circula y las castañas no se humedecen.

Cómo hacerlo:

  • Recolecta solo las que han salido solas del erizo.
  • Descarta las que estén muy claras, blandas o con agujeritos (pueden tener gusanos).
  • No las laves en el momento: sécalas antes de guardarlas para evitar moho.

Cómo saber si una castaña es buena

A simple vista puede parecer fácil, pero no todas las castañas del suelo merecen ir al cesto.

Una castaña buena es firme, tiene la piel brillante y lisa, pesa más de lo que parece y no suena al agitarla. Su color debe ser marrón oscuro uniforme, sin grietas ni zonas mates.

Las que conviene dejar atrás:

  • Las que flotan en agua (indican que están huecas o secas).
  • Las que tienen agujeritos (señal de gusanos).
  • Las que están abiertas o con la piel arrugada.

También hay una diferencia de sabor: las de monte suelen ser más pequeñas y con gusto más intenso; las cultivadas, más dulces y fáciles de pelar.

Errores que conviene evitar

  • Recoger castañas verdes o con el erizo cerrado. No madurarán bien.
  • Guardarlas húmedas o lavadas antes de secar: se pudren rápido.
  • Usar bolsas de plástico: favorecen el moho.
  • Dejar restos en el bosque: lleva siempre una bolsa para tus desechos.

Y una vez en casa… qué hacer con ellas

Asadas al fuego, cocidas con anís, en crema dulce o como guarnición salada con carnes de caza: las castañas son uno de los frutos más versátiles del otoño.

Si quieres darles un toque más original, prueba:

  • Crema de castañas con setas y puerro.
  • Pollo guisado con castañas y vino blanco.
  • Bizcocho de harina de castañas con miel.

Más que una cesta llena

Salir a recoger castañas es mucho más que llenar una cesta: es una forma de volver al bosque, de disfrutar sin prisas y de reconectar con lo sencillo. Solo hace falta una mañana libre, un poco de cuidado… y la ilusión de volver a casa con las manos templadas y la promesa de un bizcocho de castañas recién hecho.

Patricia GonzálezPatricia González
Apasionada por la cocina y el buen comer, mi vida se mueve entre palabras bien escogidas y cucharas de madera. Responsable pero despistada. Periodista y redactora con años de experiencia, encontré mi rincón ideal en Francia, donde trabajo como redactora para Petitchef. Me encantan el Bœuf bourguignon pero echo de menos el salmorejo de mi madre. Aquí combino mi amor por la escritura y los sabores suculentos para servir recetas e historias sobre cocina que espero te inspiren. La tortilla, me gusta con cebolla y poco hecha : )

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