¿Vas a recoger castañas? Consejos para una salida segura, práctica y muy otoñal
Ah, las castañas… solo con oír su nombre pensamos en el otoño, el bosque y ese olor dulce que anuncia la temporada fría. Pero antes de disfrutarlas asadas o en crema, hay que ir a por ellas. Y quien haya salido alguna vez con cesta y guantes lo sabe: no siempre es tan fácil como parece.
A veces vuelves con el cesto lleno; otras, solo con hojas y un buen paseo. Para evitarlo, aquí tienes una guía práctica con todo lo que conviene saber antes de lanzarte al monte.
Cuándo ir a recoger castañas
La temporada empieza a mediados de octubre y puede alargarse hasta finales de noviembre, dependiendo del clima y la altitud.
Las castañas maduran cuando el erizo —la cúpula espinosa que las protege— se abre por sí solo y deja ver el fruto en su interior. Si tienes que forzarlo, es que todavía no están listas.
El mejor momento:
- Después de unos días de lluvia suave, cuando el suelo sigue húmedo pero el cielo se ha despejado.
- Por la mañana, con buena luz y menos gente.
- Evita los días de viento fuerte: los erizos caen antes de abrirse y es fácil pincharse o recoger frutos verdes.
Dónde buscarlas
Las castañas crecen bajo los castaños comunes (Castanea sativa), que se reconocen por su corteza rugosa, sus hojas dentadas y esos grandes erizos con tres frutos dentro.
Buenos lugares para encontrarlas:
- Bosques mixtos de robles y castaños.
- Laderas con suelo ácido y húmedo.
- Zonas de tradición castañera: El Bierzo, el Valle del Genal, la Sierra de Aracena, Ourense o el norte de Cáceres.
Consejo importante: Asegúrate de que el terreno sea público o tengas permiso. Muchos sotos de castaños son privados, y recoger sin autorización puede estar prohibido.
Cómo recogerlas sin pincharte
Los erizos están llenos de espinas duras y finas. Nada de cogerlos con las manos desnudas.
Lleva:
- Guantes gruesos (de cuero o jardinería).
- Calzado cerrado, antideslizante.
- Un palo o bastón para mover los erizos abiertos.
- Una cesta o saco de malla: el aire circula y las castañas no se humedecen.
Cómo hacerlo:
- Recolecta solo las que han salido solas del erizo.
- Descarta las que estén muy claras, blandas o con agujeritos (pueden tener gusanos).
- No las laves en el momento: sécalas antes de guardarlas para evitar moho.
Cómo saber si una castaña es buena
A simple vista puede parecer fácil, pero no todas las castañas del suelo merecen ir al cesto.
Una castaña buena es firme, tiene la piel brillante y lisa, pesa más de lo que parece y no suena al agitarla. Su color debe ser marrón oscuro uniforme, sin grietas ni zonas mates.
Las que conviene dejar atrás:
- Las que flotan en agua (indican que están huecas o secas).
- Las que tienen agujeritos (señal de gusanos).
- Las que están abiertas o con la piel arrugada.
También hay una diferencia de sabor: las de monte suelen ser más pequeñas y con gusto más intenso; las cultivadas, más dulces y fáciles de pelar.
Errores que conviene evitar
- Recoger castañas verdes o con el erizo cerrado. No madurarán bien.
- Guardarlas húmedas o lavadas antes de secar: se pudren rápido.
- Usar bolsas de plástico: favorecen el moho.
- Dejar restos en el bosque: lleva siempre una bolsa para tus desechos.
Y una vez en casa… qué hacer con ellas
Asadas al fuego, cocidas con anís, en crema dulce o como guarnición salada con carnes de caza: las castañas son uno de los frutos más versátiles del otoño.
Si quieres darles un toque más original, prueba:
- Crema de castañas con setas y puerro.
- Pollo guisado con castañas y vino blanco.
- Bizcocho de harina de castañas con miel.
Más que una cesta llena
Salir a recoger castañas es mucho más que llenar una cesta: es una forma de volver al bosque, de disfrutar sin prisas y de reconectar con lo sencillo. Solo hace falta una mañana libre, un poco de cuidado… y la ilusión de volver a casa con las manos templadas y la promesa de un bizcocho de castañas recién hecho.
Patricia González
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