¿Te duelen los dientes al tomar algo frío? Qué lo causa y cómo prevenirlo

Un helado, una bebida muy fría, un yogur recién sacado de la nevera… y de repente, un dolor agudo, casi eléctrico, atraviesa el diente.
Tranquilo, no eres el único al que le pasa. Esa sensación tan molesta y desagradable se conoce como sensibilidad dental. En la mayoría de los casos no representa un problema grave, pero sí conviene prestarle atención para que no acabe arruinando una comida, o incluso el verano entero.
Vamos a explicarlo de forma sencilla.
¿Por qué aparece ese dolor al tomar un alimento o bebida fría?
La causa está en la exposición de la dentina, una capa que se encuentra justo debajo del esmalte dental.
Normalmente, el esmalte protege esa zona sensible, pero si está dañado, es demasiado fino o las encías se han retraído ligeramente (lo que se conoce como recesión gingival), la dentina queda más expuesta.
¿El resultado? Al entrar en contacto con algo frío, se estimulan los nervios... y se dispara el dolor.
¿Qué puede provocar esta sensibilidad dental?
Hay varios factores que pueden debilitar el esmalte o dejar expuesta la dentina:
- Cepillarse los dientes con demasiada fuerza o con un cepillo demasiado duro (y no, frotar más fuerte no limpia mejor).
- Consumir con frecuencia alimentos ácidos: zumo de limón, refrescos, vinagre…
- Rechinar los dientes (bruxismo), muchas veces de forma inconsciente, sobre todo por la noche.
- Tratamientos dentales recientes: limpiezas, blanqueamientos, empastes...
- Un esmalte naturalmente más fino, que en algunos casos puede tener un origen genético.
En resumen, no se trata de una cuestión de higiene deficiente o fragilidad, ¡sino que a menudo es cuestión de hacer pequeños ajustes!
¿Cómo aliviar (y evitar) el dolor?
La buena noticia es que algunos gestos sencillos pueden marcar la diferencia:
- Usa un dentífrico específico para dientes sensibles, con flúor y nitrato potásico. Ayuda a reducir la sensibilidad con el uso continuo (en unos días se empieza a notar el efecto).
- Cepíllate con suavidad, con un cepillo de filamentos blandos y movimientos circulares. Se trata de limpiar sin dañar.
- Evita abusar de alimentos muy ácido s o, al menos, enjuágate con agua después de tomarlos.
- No te cepilles justo después de una comida ácida: espera unos 30 minutos para no debilitar más el esmalte.
- Y si el dolor no mejora, acude al dentista. Es quien podrá determinar la causa exacta, ya sea una caries, una fisura o una inflamación, y aplicar el tratamiento más adecuado.
En resumen: tiene solución
Comer o beber frío sin sufrir es perfectamente posible. Solo hace falta ajustar un poco la rutina dental, elegir los productos adecuados y evitar los gestos agresivos. Y si la molestia persiste, no lo dejes pasar: puede que una de tus dientes estén pidiendo atención.
Fuentes:
Ameli.fr - "Dientes sensibles: síntomas, causas y tratamientos".
UFSBD (Union Française pour la Santé Bucco-Dentaire) - "Comprender la sensibilidad dental" (en francés)
Doctissimo - "¿Por qué te duelen los dientes cuando comes frío?
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