Los 12 miedos alimentarios de la Navidad más comunes y cómo afrontarlos con tranquilidad

Sunday 7 December 2025 09:00 - Daniele Mainieri
Los 12 miedos alimentarios de la Navidad más comunes y cómo afrontarlos con tranquilidad

La Navidad, en España, es alegría, trajín en la cocina y reuniones que solo se entienden aquí: mesas que se alargan para acoger a toda la familia, manteles que bordó la abuela, recetas que se cocinan (y se comen) una vez al año… y también cierta inquietud sobre si lo estamos haciendo bien con la comida.

No es raro: entre el pescado de la Nochebuena, los dulces acumulados en la despensa y las sobras que no caben en la nevera, cualquiera puede dudar. Y los organismos de seguridad alimentaria lo recuerdan cada diciembre: durante estas fechas aumentan las situaciones en las que podemos cometer errores de conservación, cocción o manipulación.

Por eso, aquí tienes una guía clara, directa y sin alarmismos sobre los 12 miedos alimentarios más comunes en Navidad, explicados con rigor para que puedas disfrutar de las fiestas sin sobresaltos.

1. “¿Y si las sobras se estropean?”

El clásico de todos los hogares.

En todas las casas pasa igual: cocinamos de más “por si acaso”, y luego la nevera parece un tetris imposible.

La preocupación es lógica: las sobras de carnes, pescados, arroces, salsas o lasañas se estropean rápido si no se manejan bien.

Lo que debes saber:

  • Enfría cualquier plato en menos de dos horas.
  • Guarda las sobras en recipientes bajitos, bien tapados, para que se enfríen antes.
  • Consúmelas en 48 horas (72 horas como máximo si se han refrigerado correctamente desde el principio).
  • Cuando las recalientes, asegúrate de que alcanzan al menos 70 ºC en el centro.
No es manía: es la manera de evitar bacterias que prosperan cuando un alimento tarda demasiado en perder calor.

2. “¿El pescado de Nochebuena estará fresco?”

En muchas casas españolas, la cena del día 24 se basa en pescado: merluza, rape, lubina… Y, claro, queremos que llegue bien fresco y en perfecto estado; en definitiva, que podamos comerlo con total tranquilidad y sin ningún riesgo.

Cómo reconocer un pescado en buen estado:
  • Ojos vivos y transparentes.
  • Olor suave “a mar”, nunca fuerte.
  • Agallas rosas, no marrones.
  • Carne firme.

Si lo vas a tomar crudo o poco hecho…

En casa, lo más seguro es congelarlo previamente. La legislación recomienda congelar a –20 ºC durante 24 horas. En congeladores domésticos —que suelen estar a –18 ºC— lo prudente es hacerlo 3–5 días para garantizar la seguridad frente a Anisakis.

La congelación no arregla un pescado en mal estado, solo inactiva parásitos. Si el pescado huele raro, se descarta.

3. “¿Los dulces industriales son malos?”

Roscones, panettones, turrones, polvorones, bombones… Llega diciembre y la casa se llena de ellos.

Realidad sencilla: Los aditivos permitidos están controlados y son seguros. El problema no es el aditivo: es la cantidad.

Mucho azúcar y mucha grasa en pocos días puede sentar mal, elevar la ingesta calórica y desplazar alimentos más nutritivos.

Si te animas a prepararlos en casa, mejor aún: controlas los ingredientes y ajustas el dulzor. Pero incluso los industriales son seguros dentro de las raciones habituales.

Nada nuevo: moderación y sentido común.

4. “¿Habré cocinado bien la carne?”

La duda de siempre. Sobre todo con el pollo, el pavo y cualquier carne picada.

Lo importante:

  • Las aves (pollo, pavo) y la carne picada deben alcanzar 75 ºC en el centro. ¿Por qué? Porque en estos casos las bacterias pueden estar tanto fuera como dentro, así que toda la pieza tiene que quedar bien hecha.
  • En cambio, una pieza entera de cordero o ternera no necesita llegar a esa temperatura para ser segura. ¿Por qué? Porque en una pieza entera las bacterias están solo en la superficie, no en el interior. De modo que basta con que la parte de fuera quede bien cocinada. La única excepción: si la hemos abierto, rellenado, inyectado o manipulado por dentro, entonces ya no cuenta como “entera” y debe cocinarse como una carne picada.

Y para salir de dudas, un termómetro de cocina es la herramienta más útil (y barata).

5. “¿Son seguros los lotes y cestas de regalo?”

Las cestas llenas de delicias artesanales son un regalo típico: nos encantan, pero algunos de sus productos pueden generar dudas: envases al vacío sin etiqueta, fechas ilegibles, dulces caseros, orígenes poco claros…

Pautas básicas:

  • Etiquetas claras y completas.
  • Envases en buen estado.
  • Y si un bote está hinchado, gotea o huele raro, se tira directamente. Sin arrepentimientos.
  • Productos “artesanales” sin etiquetar o sin trazabilidad clara mejor no consumirlos. Sentido común y precaución.

6. “¿Se puede utilizar el queso crema que caducó ayer?”

Aquí suele haber confusión entre la fecha de caducidad y el consumo preferente.

“Consumir hasta…” = fecha de caducidad. Afecta a la seguridad. Pasada la fecha, no debe consumirse.

“Consumir preferentemente antes de…” = consumo preferente (TMC). Afecta solo a la calidad. Puede tomarse después si el envase está intacto y el producto no muestra alteraciones.

El queso crema tipo Philadelphia casi siempre lleva fecha de caducidad, porque es un alimento fresco, con mucha humedad y especialmente sensible al crecimiento de bacterias como Listeria monocytogenes. Por eso, si ha pasado la fecha indicada, se descarta, incluso aunque el envase esté cerrado y aparentemente en buen estado.

7. “¿Las salsas y dulces con huevo crudo se estropean inmediatamente?”

Tiramisú, crema mascarpone, mayonesa casera… lo mejor de las fiestas, pero bastante delicados.

Para hacerlo bien:

Los expertos recomiendan consumirlos antes de 24 horas y guardarlos siempre en el frigorífico. El consumo rápido es la verdadera clave de la seguridad.

  • Consúmelos en menos de 24 horas.
  • Siempre guardados en la nevera.
  • Niños, embarazadas y personas mayores: mejor evitar huevo crudo.

Para mayor seguridad, utiliza huevo pasteurizado. Es el modo más eficaz de evitar problemas con Salmonella.

8. “¿Y si me paso con el alcohol y el dulce?”

Durante las fiestas, es habitual comer y beber más de la cuenta. No pasa nada si lo gestionamos con cabeza.

La estrategia sensata:

  • Disfruta de la comida principal sin remordimientos.
  • Compensa con comidas más ligeras los días siguientes.
  • Recuerda que el alcohol aporta muchas calorías y aumenta la deshidratación y el apetito. Alternarlo con agua marca una diferencia real.

9. “¿Habré descongelado bien el pescado?”

Descongelar mal puede estropear incluso un producto excelente.

Cómo hacerlo

  • Siempre en la nevera, despacio y sobre un plato o recipiente.
  • O con el microondas en modo descongelación, pero cocinando justo después.
  • Nunca a temperatura ambiente sobre la encimera.
  • Una vez descongelado, el pescado no debe volver a congelarse a menos que se cocine antes.

10. "Me da miedo intoxicarme en los buffets".

Aperitivos largos, mesas repletas y platos expuestos durante horas: un clásico navideño.

Para reducir el riesgo:

  • No dejes quesos frescos, cremas o fiambres más de dos horas fuera de la nevera.
  • En ambientes cálidos (casa con calefacción alta o cocina llena de gente), mejor limitarlo a una hora.
  • Los platos calientes deben mantenerse por encima de 60 ºC si van a estar expuestos.

11. “¿Son malos para la salud los embutidos, quesos y fiambres?”

La preocupación suele estar en el sodio, los nitritos y las grasas.

El punto de equilibrio:

  • Los nitritos y nitratos están regulados y se utilizan en dosis muy controladas.
  • No son un problema por un consumo ocasional en Navidad.
  • Lo recomendable es acompañar estos alimentos con verduras o legumbres, que ayudan a equilibrar la comida y aportan fibra.

12. “¿Y si hay alérgenos ocultos en los platos compartidos?”

La lactosa, el gluten, los frutos secos y otros alérgenos generan dudas, y con razón.

Algunos consejos:

  • Si cocinas para invitados, indica siempre los ingredientes (leche, huevo, frutos secos…).
  • Si eres invitado con alergia, pregunta sin dudar: es una medida de salud, no de cortesía.
  • En alergias graves no vale “un poco”: una cantidad mínima o un utensilio contaminado puede causar reacción.
  • Evita la contaminación cruzada usando cuchillos, tablas y aceites limpios y separados.
  • En productos envasados, guarda el paquete para revisar la etiqueta, especialmente las advertencias de trazas, que solo aparecen ahí.

Viva una Navidad tranquila y segura

Los temores alimentarios durante las fiestas son normales e incluso previsibles, ya que aumentan la cantidad de alimentos que hay que manipular, el número de invitados y la complejidad de los platos. Seguir algunas normas básicas y adoptar las indicaciones de fuentes oficiales como Ministerio de Sanidad, AESAN, EFSA, permite disfrutar de verdad de las fiestas navideñas con tranquilidad, seguridad y sin preocupaciones innecesarias.

Daniele MainieriDaniele Mainieri
Cada día me sumerjo en el mundo de la cocina, buscando nuevas recetas y sabores para compartir: desde el plato de la abuela hasta las últimas tendencias alimentarias. ¡Llevo más de 10 años trabajando en comunicación alimentaria!

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