Las fresas no dejan de sorprendernos: la verdad tras sus puntitos amarillos

viernes 15 agosto 2025 09:00 - Vincent Sabourdy
Las fresas no dejan de sorprendernos: la verdad tras sus puntitos amarillos

Las vemos como algo simple, dulce y de lo más familiar… pero las fresas (o frutillas, como se conocen en algunos países de Sudamérica) esconden un secreto botánico que casi nadie conoce.

Con el buen tiempo, también vuelven a los mercados: cargadas de sol, las fresas son casi el símbolo de la primavera. Pero ¿sabías que eso que tú llamas “fresa” en realidad no es un fruto en sentido científico? ¿Y que esos puntitos que tiene por fuera, que parecen un detalle sin importancia, son en realidad los verdaderos frutos?


La parte roja de la fresa no es el fruto

A simple vista, una fresa parece un fruto como cualquier otro: roja, dulce, jugosa y suave. Pero si hablamos en términos botánicos, la cosa cambia. Resulta que lo rojo que nos comemos no es realmente el fruto, sino una parte de la flor que ha crecido y se ha vuelto carnosa, como una base.

¿Y los pequeños puntitos que tiene por fuera? Esos sí que son los frutos de verdad. Se llaman aquenios, y cada uno contiene una semilla. Es como si la fresa fuera una especie de bandeja sobre la que van apoyadas muchas mini frutas.

Por eso, los botánicos la llaman una poliaquenia, que significa exactamente eso: muchos frutos pequeñitos reunidos en un solo conjunto. El nombre suena raro, pero la idea es sencilla… y bastante curiosa.

Una fruta que esconde más de lo que parece… y además sienta bien

Más allá de la curiosidad botánica, la fresa sigue siendo una fruta muy recomendable para la salud. Tiene mucha vitamina C, antioxidantes naturales y fibra, lo que ayuda a reforzar las defensas, protege las células y mejora la digestión. Un verdadero cóctel saludable… siempre que se consuma en su temporada.

Porque es entonces cuando da lo mejor de sí: tiene más sabor, mejor textura y menos restos de pesticidas, sobre todo si eliges fresas de proximidad o de cultivo ecológico. Fuera de temporada, suele perder sabor, recorre muchos más kilómetros y es menos respetuosa con el medio ambiente.

Para disfrutar de verdad las fresas: elige bien en el mercado

Una fresa de color rojo intenso puede llamar mucho la atención, pero no siempre es garantía de buen sabor. Es más fiable fijarse en si el color es uniforme, si está firme al tacto y en qué variedad se trata. Algunas fresas son más claras por naturaleza, otras tienen un punto más ácido. Y el tamaño tampoco dice mucho: las más pequeñas, como las silvestres, pueden tener muchísimo aroma.

Y luego está la frescura. Una fresa recogida por la mañana, todavía templada por el sol, no tiene nada que ver con otra que ha viajado medio mundo. A veces, un simple paseo hasta un agricultor local puede convertir un postre corriente en algo realmente especial.

Comer con conocimiento convierte algo cotidiano en algo sorprendente

La próxima vez que muerdas una fresa, piensa en esos cientos de diminutas semillitas que te comes sin darte cuenta. Verás que, más allá del sabor, cada bocado es una muestra de lo compleja y sorprendente que puede ser la naturaleza.

Y ahí está el verdadero placer: cuando la ciencia nos ayuda a mirar lo de siempre con otros ojos, hasta la fruta más común puede dejarnos con la boca abierta.

Vincent SabourdyVincent Sabourdy
Cofundador y director editorial de Petitchef, soy ante todo un apasionado de la cocina y de Internet.

Hago los mejores crêpes de la calle.
Me encantan las recetas accesibles, los consejos prácticos y la actualidad culinaria.

Mi objetivo: ofrecer la mejor web culinaria posible para hacer de la cocina una experiencia agradable y compartida.

Comentarios

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Lourdes

Ya he realizado algunas recetas suyas muy buenas

abuso
Respuesta Petitchef:

¡Qué alegría saber que has disfrutado mis recetas! Gracias por escribirnos y compartirlo, eso me anima a seguir creando platos deliciosos para ti. ¡Espero que sigas disfrutando en la cocina!