El truco de la sal en las brasas que usan los parrilleros expertos

Las brasas están encendidas, la carne espera… pero un gesto puede marcar la diferencia. Algunos parrilleros, en plena barbacoa, lanzan un puñado de sal gruesa sobre el fuego como si escondieran un viejo secreto familiar. ¿Manía? ¿Superstición? ¿O hay algo más detrás de este ritual que atraviesa generaciones?
Antes de dejarte llevar por el humo o de pelear con las llamas rebeldes, conviene saber que la solución puede estar justo ahí, sobre las propias brasas. Entre costumbres heredadas y explicaciones científicas, este sencillo truco puede hacer que el asado quede en su punto perfecto.
¿Preparado para conocer el secreto mejor guardado de los parrilleros expertos?
El enemigo silencioso de la barbacoa
¿Por qué la sal funciona sobre las brasas?
Ventajas prácticas que agradecerás
- Menos humo molesto: la grasa se consume de forma más controlada.
- Adiós a las llamaradas imprevistas: la sal ayuda a sofocar los pequeños fuegos sin necesidad de apagar las brasas.
- Temperatura más uniforme: facilita que la carne se cocine de forma pareja.
- Mejor sabor y jugosidad: al reducir el exceso de combustión, el sabor natural de la carne se mantiene intacto.
Cómo aplicar el truco paso a paso
- Tipo de sal: opta por sal gruesa o de mar; su tamaño es ideal para interactuar con las brasas.
- Cuándo echarla: espárcela cuando las brasas estén bien formadas y antes de colocar la carne.
- Cantidad justa: un puñado distribuido de forma homogénea es suficiente.
- Repetir si es necesario: si durante la cocción surgen llamas o exceso de humo, puedes añadir algo más.
¿Y tú?
¿Conocías este truco de la sal en las brasas? ¿Lo has probado alguna vez en tus barbacoas? Si tienes otros secretos o pequeños gestos que te ayudan a dominar el fuego y mejorar el asado, cuéntanoslos. Siempre es buen momento para compartir experiencias entre parrilleros.

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