Del postre al plato: el melón también quiere ser entrante
El melón nos lleva directo al verano. Fresco, jugoso y con ese aroma inconfundible que anticipa el calor, este clásico de temporada ha sabido ganarse su sitio en el final de la comida. Durante décadas lo hemos servido cortado en tajadas, en brochetas junto a otras frutas, convertido en sorbete o como parte de una macedonia helada. Su dulzor natural y su facilidad para prepararlo lo han hecho imprescindible cuando apetecen postres ligeros y sin complicaciones.
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El melón no es solo dulce
Llevar el melón al terreno salado no es ninguna excentricidad: es una manera sabrosa, natural y sorprendente de disfrutarlo más allá del postre. Su textura carnosa y su sabor suave combinan con hierbas, vinagretas, embutidos, quesos e incluso mariscos. Atrévete a servirlo al principio, y verás cómo cambia toda la comida.
¿Y tú?
¿Has probado alguna vez el melón como entrante? ¿Prefieres las combinaciones clásicas o te animas con sabores nuevos? Cuéntanos tus ideas, tus mezclas favoritas y esos platos que siempre triunfan en tu casa. ¡Queremos leerte!
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