Patatas cacio e pepe: una nueva forma de disfrutar de un clásico romano
En Roma, bastan dos ingredientes, queso pecorino y pimienta negra, para construir uno de los platos más admirados de su cocina: la pasta cacio e pepe. Su aparente sencillez esconde una técnica precisa, casi matemática, que da lugar a una crema sedosa, intensa y profundamente reconfortante.
En esta versión, la misma fórmula se traslada a las patatas, que asumen el papel de la pasta sin perder su carácter. Se cuecen brevemente, se hornean hasta dorarse y se cubren con una emulsión de pecorino templado y un toque generoso de pimienta recién molida. Todo sucede sin prisa y sin artificios: solo temperatura, tiempo y atención al detalle.
El resultado es un plato cálido, de sabor directo, que reivindica la cocina cotidiana bien hecha: la que no necesita ornamentos porque se sostiene sobre lo esencial. ¿Te gustaría aprender a hacer en casa esta receta italiana? ¡Vamos a ello!
Ingredientes (para 4 personas)
- 900 g de patatas
- 120 g de queso pecorino romano DOP rallado
- Pimienta negra recién molida
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal fina
Preparación paso a paso
- Precalienta el horno a 200 °C.
- Pela y corta las patatas en gajos o cubos regulares. Lávalas bajo el grifo para eliminar el exceso de almidón y escúrrelas bien.
- Cuécelas durante unos 5 minutos en agua con sal: deben ablandarse ligeramente sin romperse. Reserva el agua de cocción.
- Seca las patatas con papel de cocina y mézclalas en un bol con aceite, sal y pimienta recién molida.
- Extiéndelas sobre una bandeja y hornéalas durante 25 minutos, removiendo a mitad del tiempo para que se doren por igual.
- Prepara la crema de pecorino mezclando el queso con pequeñas cantidades del agua de cocción caliente, hasta obtener una salsa lisa y cremosa.
- Añade la mitad de la crema sobre las patatas recién salidas del horno, remueve con cuidado y hornea 10 minutos más hasta que se forme una ligera costra dorada.
- Fuera del horno, vierte el resto de la crema y sirve de inmediato, con las patatas aún calientes y la salsa fundente.
Truco de experto: Si la crema queda demasiado espesa, añade poco a poco más agua caliente y mezcla hasta conseguir una textura suave y aterciopelada que recubra bien las patatas.
¡Mucho más que una simple guarnición!
Estas patatas no son un simple acompañamiento: son un pequeño lujo para compartir. Sírvelas en cuencos o vasitos individuales y se convertirán en la estrella de cualquier picoteo. La untuosidad del pecorino y el punto especiado de la pimienta combinan de maravilla con cervezas artesanas o un vino blanco seco, equilibrando la calidez del plato con frescor en boca.
La patata rara vez nos sorprende: la freímos, la cocemos, la servimos con mayonesa o kétchup… y poco más. Esta versión cacio e pepe rompe la rutina con algo tan simple como distinto: una capa dorada, una crema de pecorino y ese toque de pimienta que la vuelve nueva sin dejar de ser familiar.
Por qué te van a encantar
Sólo hay que probarlas para entender por qué gustan a todo el mundo
- Pocos ingredientes, máximo sabor y una elaboración sin complicaciones.
- Textura doble: doradas por fuera, melosas por dentro.
- Pecorino y pimienta, una pareja clásica que nunca falla.
- Perfectas para compartir en un tapeo con amigos.
- Un auténtico comfort food que reconcilia con la sencillez.
Los secretos para conseguir unas patatas cacio e pepe al horno perfectas
Para lograr el equilibrio justo entre una corteza dorada y un interior cremoso, sigue la receta al detalle y no te saltes el paso del escaldado. Este proceso, una breve precocción que ablanda la superficie de la patata y elimina parte del almidón, es la clave para conseguir esa textura tan italiana que hace que el queso se funda sin apelmazarse.
Daniele Mainieri
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