Gelato vs. helado: qué los distingue y cuál es más saludable
Entras a una heladería. Ves una vitrina brillante llena de sabores que no sabías que existían: stracciatella, pistacho de Bronte, tiramisú con crumble... Y entonces llega la pregunta: ¿quieres helado o gelato? Te quedas en blanco. ¿No era lo mismo?
Spoiler: no lo es. Y entender esa diferencia puede cambiar por completo cómo eliges tu capricho favorito del verano.
A simple vista parecen iguales: frío, cremoso, servido en cucurucho o tarrina. Pero hay algo, en la textura, en el sabor, incluso en cómo se derrite, que delata si lo que tienes delante es un gelato o un helado. ¿La diferencia? No es solo cuestión de nombre. ¿Quieres saber qué los distingue, cuál puede encajarte mejor según lo que buscas… y por qué no saben igual aunque se parezcan tanto?
¿Cuál es la diferencia entre gelato y helado?
Puede que al ver “gelato” pienses que es simplemente la palabra italiana para “helado”. Y lo es… en parte. No es solo una cuestión de idioma ni de nombre extranjero que suena más chic. El gelato y el helado son parientes cercanos, sí, pero no gemelos. El gelato italiano tiene características propias que lo distinguen del clásico ice cream americano o del helado que se consume habitualmente en España y buena parte del mundo. Tienen historias distintas, métodos de elaboración diferentes y, lo más importante, una experiencia de sabor que no se parece tanto como creías. Hay tres claves que los distinguen:
La grasa:
El ice cream tradicional (especialmente en su versión industrial o americana) contiene más crema, y por tanto, más grasa (entre un 10 % y un 15 %). El gelato, por su parte, se elabora con más leche que nata, y eso reduce su proporción de grasa a una media del 4 % al 8 %. Esta diferencia se nota: el gelato resulta más suave al paladar, menos empalagoso, y con un sabor más limpio.
El aire:
Durante el batido del helado se incorpora mucho aire (hasta un 80 % en volumen), lo que le da una textura más ligera. El gelato, en cambio, se trabaja lentamente, con poco aire (máximo un 30 %), logrando una densidad mucho mayor. Esto explica por qué una cucharada de gelato te parece más rica, más intensa, más satisfactoria.
La temperatura:
El ice cream se sirve muy frío, en torno a los -18 °C. El gelato, algo más templado, sobre -12 °C. Este detalle técnico tiene una consecuencia directa: el gelato está pensado para comerse enseguida, y sus sabores se perciben mejor desde la primera cucharada. Nada de esperar a que se derrita.
¿Cuál es más sano?
El gelato tradicional suele tener menos grasa que el helado tradicional porque se elabora con más leche y menos nata. Además, muchas versiones artesanales apuestan por ingredientes naturales y evitan aditivos. Pero ojo: para mantener su textura cremosa, a menudo se compensa con más azúcar.
¿Conclusión? Si priorizas menos grasa y más sabor real, el gelato puede ser mejor elección. Pero siempre dependerá de los ingredientes y de cuánto te comas.Al final, lo importante no es el nombre, sino los ingredientes y la forma en que está hecho.
Patricia González
Comentarios
Musiú en Madrid
Claro y conciso, sin largos preámbulos. Me encantó la sencillez de la explicación, suficiente para apreciar las diferencias. Esos sí, ambos me parecen deliciosos. Solo se requiere saborearlos con mesura, para conservar todos sus beneficios.
doris_f2023
Muy didáctica la explicación. Gracias por compartirla.
José Manuel
Gracias por la explicación, no tenía ni idea de esas diferencias!!!!