¿Bebes té o café todos los días? Este error al guardarlos puede estropearlo todo

viernes 7 noviembre 2025 20:00 - Adèle Peyches
¿Bebes té o café todos los días? Este error al guardarlos puede estropearlo todo

Las latas de té que van perdiendo aroma con el tiempo, las cápsulas de café que parecen “apagarse” poco a poco… conservar no significa solo almacenar. También implica proteger el aroma, la frescura y la calidad.

Aquí tienes las claves para que tus infusiones y cafés mantengan todo su sabor, desde las bolsitas hasta las cápsulas.


Por qué conservar bien el té y el café marca la diferencia

Tanto el té como el café comparten una vulnerabilidad fundamental: son sensibles al aire, la luz, la humedad y el calor. Estos factores no solo afectan su aroma y sabor, sino también la estabilidad de los compuestos químicos que los hacen agradables al paladar.

➡️  En el caso del café, el tueste libera una fracción importante de aceites naturales que retienen compuestos aromáticos volátiles. Con el tiempo y en contacto con el oxígeno o la humedad, estos aceites se oxidan, lo que provoca pérdida de aroma, aparición de notas rancias y amargor. La luz y el calor aceleran este proceso, incluso en cápsulas o envases herméticos si no se almacenan correctamente.

➡️  El té, en cambio, no contiene aceites aromáticos en sentido estricto. Su perfume proviene de moléculas volátiles no lipídicas, muy sensibles a la oxidación y la humedad. Además, las hojas secas son higroscópicas (absorben fácilmente la humedad y los olores del entorno) alterando su perfil aromático original. Guardarlo junto a especias o productos perfumados puede modificar su aroma de forma irreversible.

En resumen: si quieres disfrutar de una infusión fragante o de un espresso equilibrado, el secreto está en cómo los guardas.

Cómo conservar bien el té

El té es un producto delicado, casi “vivo”. Reacciona ante la luz, la humedad y los cambios de temperatura. La clave es protegerlo sin asfixiarlo.

✔️ El lugar ideal: un armario seco, ventilado y lejos del sol.

✔️ El envase ideal: una caja metálica o de cerámica bien cerrada, o un tarro de vidrio opaco.

➡️ Evita el frigorífico: el frío genera condensación, y la humedad arruina las hojas.

Consejo: conserva las bolsitas en su envase original hasta que lo abras. Luego, pásalas a un recipiente hermético y apunta la fecha de apertura.

Duración recomendada:

  • Té negro: hasta 2 años.
  • Té verde: más delicado, conviene consumirlo en 12 meses.
  • Infusiones y tisanas: alrededor de 1 año.

➡️ Un pequeño consejo extra: nunca guardes las bolsitas de té junto al café. El café desprende aromas potentes que acaban enmascarando la delicadeza del té.

Cómo conservar las cápsulas y el café molido

Aunque las cápsulas sean herméticas, no son eternas. Con el tiempo, los aromas del café se evaporan lentamente, sobre todo si están expuestas al calor.

✔️ Guárdalas en un lugar fresco, seco y oscuro. Un simple cajón o una caja opaca es suficiente.

✔️ Evita guardarlas encima del horno, la tostadora o el lavavajillas: el calor y el vapor las estropean.

✔️ No retires su embalaje original hasta el momento de usarlas: está diseñado para limitar el contacto con el aire.

➡️ Si compras café molido o monodosis blandas, pásalo a un frasco hermético nada más abrirlo. Así conservará su aroma durante más tiempo.

Duración orientativa:

  • Cápsulas herméticamente cerradas: entre 12 y 18 meses desde la fabricación.
  • Monodosis blandas: entre 8 y 12 meses.
  • Café molido: lo ideal es consumirlo en las 4 semanas posteriores a su apertura.

Errores que arruinan el sabor

Algunos hábitos aparentemente inofensivos pueden echar a perder el mejor té o café:

❌ Guardar el té en la nevera: la humedad lo apelmaza y le hace perder aroma.

❌ Dejar las cápsulas sobre la encimera: el calor y la luz apagan los aromas en pocas semanas.

❌Usar botes transparentes bajo una lámpara: decorativo, pero fatal para la calidad.

❌ Mezclar distintos tés en un mismo recipiente: decorativo, sí, pero arruina los aromas.

➡️ La regla de oro: un lugar fresco, seco y oscuro. Sin más complicaciones.

Buenos hábitos del día a día

✔️ Cierra siempre bien los envases tras cada uso.

✔️ No manipules las bolsitas ni las cápsulas con las manos húmedas.

✔️ Apunta la fecha de compra o de apertura para controlar la frescura.

✔️ Y nunca los guardes cerca de productos de limpieza, especias u cebollas: son auténticos ladrones de aroma.

Truco extra: coloca una bolsita de arroz crudo en el armario para absorber la humedad ambiental, sobre todo si tu cocina tiene poca ventilación.

Adèle PeychesAdèle Peyches
Responsable editorial que ansía el invierno para comer fondue. Apasionada por la gastronomía y siempre en busca de nuevos sabores, estudié derecho antes de regresar a mi primer amor: el gusto por los buenos productos y el placer de compartirlos alrededor de la mesa. :)

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