Salsa de yogur griego con menta: el comodín del verano, listo en 5 minutos y dura varios días en la nevera

• Refresca sin empalagar: el yogur griego tiene una acidez suave y una textura cremosa que, combinada con la menta, resulta ideal para los días calurosos.
• Va con todo: Sirve como aliño para ensaladas, para mojar verduras crudas, como acompañamiento de carnes a la plancha o como base para rellenar sándwiches o bocadillos.
• Es saludable: rica en proteínas, baja en grasa (si eliges la versión desnatada) y con probióticos que ayudan a la digestión.
• Rápida y práctica: se prepara en menos de 5 minutos y se conserva perfectamente durante 3 días en la nevera.
• Es barata: e s barata: sobre todo si la comparas con el precio de muchas salsas industriales del supermercado (y aquí, además, sabes exactamente lo que lleva).

• 1 yogur griego natural (170 g), entero o desnatado,
• 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
• 1 diente de ajo rallado o machacado
• Zumo de ½ limón
• 1 cucharadita de sal
• Pimienta negra al gusto
• Un buen puñado de hojas de menta fresca, picadas

1. Mezcla el yogur con el aceite, el zumo de limón y el ajo.
2. Añade la menta picada y salpimienta al gusto.
3. Guarda en la nevera al menos 20 minutos para que se integren los sabores (opcional, pero marca la diferencia).
4. Sírvela bien fría.

• Con pepino rallado: se transforma en un tzatziki perfecto para carnes.
• Con un poco de guindilla roja fresca: aporta un punto picante y un toque diferente.
• Con zaatar o comino: ideal para platos de inspiración oriental.
• Versión vegana: usa yogur vegetal (de coco o de anacardos, por ejemplo) en lugar del griego.

• Ensaladas: Como sustituto del aliño de la ensalada César o de la salsa ranchero
• Con brochetas de verduras: Como dip bien frío.
• Pinchos morunos, chuletillas o cualquier carne a la parrilla: Como acompañamiento refrescante
• Wraps y sándwiches: En lugar de mayonesa utiliza esta salsa menos calórica
• Con patatas al horno o patatas rústicas: Para mojar y aportarles cremosidad extra

En la nevera y en un recipiente bien cerrado, se mantiene en buen estado de 3 a 5 días, conservando sabor, textura y seguridad alimentaria.

Mézclala con un poco de ricotta o requesón machacado o garbanzos triturados y tendrás una crema untable y ligera para servir con pan tostado, pan de pita o como relleno de wraps.