Deficencia de hierro: ¿cómo detectarlo? Estas son las señales y síntomas

Uno de los primeros y más comunes signos de carencia de hierro es la fatiga. Sin suficiente hierro, el cuerpo no produce suficiente hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. ¿Cuál es el resultado? Llega menos oxígeno a los músculos y tejidos, lo que provoca una fatiga constante, incluso después de una noche de sueño reparador.

La falta de hemoglobina también puede hacer que la piel sea más pálida de lo habitual. Esto se debe a que la hemoglobina da a la sangre su color rojo, y cuando se tiene menos, el flujo de sangre a la piel se reduce. Si notas una palidez inusual, sobre todo en la cara, las encías o el interior de los párpados, puede ser un signo de carencia de hierro.

Sin suficiente hierro, el cuerpo tiene dificultades para transportar oxígeno a los músculos y órganos. Esto puede provocar dificultades respiratorias, incluso durante actividades sencillas como caminar o subir escaleras. Si notas que te falta el aire cuando practicas ciertas actividades físicas que antes no te suponían ningún problema, puede que haya llegado el momento de consultar a un médico.

La carencia de hierro también puede afectar al funcionamiento del corazón. Cuando el organismo carece de oxígeno, el corazón tiene que esforzarse más para bombear la sangre. Esto puede provocar latidos irregulares y arritmias. Si notas el corazón acelerado o latidos del corazón irregulares, esto podría deberse a una carencia de hierro. Consulta a tu médico.

La caída del cabello también puede estar relacionada con la falta de hierro. Cuando el cuerpo carece de hierro, da prioridad al envío de oxígeno a los órganos vitales antes que al cabello, lo que puede provocar una alopecia. Si notas una caída de pelo inusual, esto podría indicar anemia.

Algunas personas con carencia de hierro experimentan sensaciones desagradables en las piernas y una necesidad irresistible de moverlas, especialmente por la noche. Este fenómeno se conoce como síndrome de las piernas inquietas y puede interferir en la calidad del sueño.

Otro signo frecuente de carencia de hierro es la lengua inflamada o dolorida. Esta afección, denominada glositis, puede hacer que la lengua se vuelva lisa y se hinche, y a veces provocar dolor en las encías. También puedes notar grietas en las comisuras de los labios.

La mejor forma de prevenir la carencia de hierro es seguir una dieta rica en alimentos que lo contengan. He aquí algunas fuentes de hierro que debe incluir en su dieta:

Fuentes animales: carne roja, hígado, pescado, aves de corral.

Fuentes vegetales: espinacas, lentejas, garbanzos, tofu, quinoa, frutos secos.

También es aconsejable consumir alimentos ricos en vitamina C (como los cítricos y los pimientos) con alimentos ricos en hierro, ya que esta vitamina mejora su absorción.

Si experimentas varios de estos síntomas, es importante que consultes a un profesional sanitario. Un simple análisis de sangre puede determinar si padeces ferropenia o anemia. El médico podrá orientarte hacia el tratamiento adecuado.

En resumen, prestar atención a estos signos te permitirá detectar precozmente la ferropenia y ponerle remedio antes de que derive en complicaciones más graves. Así pues, si te sientes cansado, pálido o te falta el aliento sin motivo aparente, no dejes que estos síntomas pasen desapercibidos y consulta a un médico para que evalúe tus niveles de hierro.