Agua con gas ¿es buena o conviene evitarla? Mitos y verdades sobre esta bebida

Refrescante, sin caloría s, perfecta para calmar la sed y es la favorita de quienes quieren huir de los refrescos. La popularidad del agua con gas ha ido en aumento, pero ¿realmente es una opción saludable? ¿Afecta a los dientes, al estómago o a los huesos? En este artículo repasamos qué hay de cierto, y qué no, en torno a esta bebida tan habitual y te contamos lo que conviene tener en cuenta antes de incorporarla (o no) a tu día a día.
¿Qué es el agua con gas?
El agua con gas no es más que agua a la que se ha añadido dióxido de carbono (CO₂) a presión, lo que genera las clásicas burbujas. Puede ser de origen natural, si proviene de manantiales con gasificación propia, o artificial, que es el caso más habitual en las versiones comerciales.
Al no contener azúcar, colorantes ni aditivos (en su forma pura), el agua con gas se considera segura y saludable para la mayoría de las personas. Aun así, existen algunas excepciones y no pocas ideas equivocadas sobre sus efectos.
Lo que sí es cierto sobre el agua con gas
1. Hidrata igual que el agua del grifo o embotellada: El agua con gas mantiene el organismo hidratado del mismo modo que la no gasificada. Para quienes no suelen beber suficiente agua, puede ser una buena forma de aumentar su consumo diario.
2. No daña los riñones: No hay evidencias científicas que relacionen el agua con gas con problemas renales. El riesgo está en los refrescos azucarados, no en esta bebida cuando se consume sola.
3. Puede causar molestias digestivas en algunas personas: El gas puede provocar eructos, sensación de hinchazón o pesadez, sobre todo en personas con reflujo, gastritis o síndrome del intestino irritable.
4. En algunos casos, favorece la digestión: Algunos estudios sugieren que puede estimular la secreción de jugos gástricos y facilitar el vaciado del estómago, lo que ayuda a digerir mejor ciertos alimentos. Aunque no ocurre en todos los casos, hay personas que lo notan.
Mitos sobre el agua con gas
1. Es malo para los huesos: Este es uno de los mitos más comunes. Los estudios demuestran que el agua con gas no afecta negativamente a la densidad ósea. La confusión viene de los refrescos de cola, que tienen fósforo y otros ingredientes que pueden afectar a los huesos en exceso.
2. "Corroe" el esmalte dental: Mito (parcial)- El agua con gas tiene un pH ligeramente ácido, pero no es suficiente para causar daños significativos en el esmalte dental, especialmente cuando se consume con moderación. El mayor riesgo está en las bebidas ácidas y azucaradas, como los refrescos.
3. Engorda: El agua con gas no tiene calorías ni azúcar, por lo que no engorda. Lo que puede causar confusión son las versiones con edulcorantes o azúcar (como las aguas "aromatizadas" o los refrescos).
Entonces... ¿El agua con gas es saludable o no?
Un último apunte
- Lee la etiqueta: algunas marcas incorporan sodio u otros aditivos. Mejor optar por las más naturales.
- ¿Te apetece darle sabor? Añade unas rodajas de limón, hojas de menta o un poco de jengibre fresco.
- Evita sustituir toda el agua natural por agua con gas. Como siempre, el equilibrio es la mejor opción.
De modo que:
El agua con gas puede integrarse perfectamente en una alimentación equilibrada: aporta sabor, hidrata y puede contribuir a reducir el consumo de bebidas menos recomendables. Como en casi todo, la clave está en tomarla con moderación y prestar atención a lo que el cuerpo nos indica.
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Comentarios
Lebleu
Me aporta información que considero de cierta seguridad, me orienta para tomar decisiones y me hace feliz .
Me ilusiona recibir este correo .
Saludos !