Mismo plato, dos precios distintos: por qué comer al mediodía en Francia puede costarte la mitad que cenar

Saturday 25 October 2025 13:00 - Adèle Peyches
Mismo plato, dos precios distintos: por qué comer al mediodía en Francia puede costarte la mitad que cenar

Fue en Lyon, una tarde cualquiera, cuando me di cuenta de que algo no cuadraba. A mediodía, el menú del día en un pequeño bistrot del barrio costaba 17 €. Volví por la noche al mismo sitio, pedí el mismo plato —unos tagliatelles à la crème de manual— y la cuenta se disparó a 26. Pensé que se habían equivocado. No: había entrado, sin saberlo, en una de las costumbres más francesas que existen.

En Francia, comer al mediodía suele ser mucho más barato. Es habitual que el almuerzo y la cena no cuesten lo mismo, aunque el plato sea idéntico. Una tradición muy francesa que suele sorprender, y a veces desconcertar, a más de un viajero español hambriento. Aquí te contamos por qué, en Francia, el precio de una comida también depende de la hora del día.


Al mediodía se come; por la noche, se disfruta

El almuerzo en Francia no es negociable. Entre las 12 y las 14 horas, el país parece ralentizarse: oficinas vacías, persianas medio bajadas, terrazas llenas. Los restaurantes lo saben y ofrecen el llamado menu du midi o formule déjeuner: entrante, plato principal y, a veces, postre, a un precio que ronda los 15 € en la mayoría de ciudades.

Cenar, en cambio, es otra historia. Los clientes nocturnos no van al restaurante con prisas ni por pura practicidad. Al caer la tarde, las expectativas cambian: las luces se atenúan, el vino se abre y el ritmo se desacelera. El cliente ya no busca alimentarse, sino disfrutar. Y eso, claro, se paga.

Cuestión de números

Por eso los restaurantes ajustan sus precios. No hay engaño: todos los franceses conocen esta costumbre. Aunque la cocina suele ser la misma al mediodía que por la noche, el contexto cambia por completo.

A la hora del almuerzo se come deprisa, con menos ceremonia, sin copa de vino eterna ni sobremesa. El menú está pensado para llenar la sala entre semana, fidelizar al cliente habitual y mantener la cocina en marcha. Si ese cliente vuelve por la noche o recomienda el lugar a sus amigos, la apuesta está ganada.

Estos menús, además, suelen estar limitados en el tiempo o en la cantidad: cuando se acaba el “plato del día”, solo quedan los platos de la carta, más caros. Esta gestión precisa permite aprovechar mejor los productos frescos, reducir el desperdicio y garantizar una rotación rápida de las existencias.

Por la noche, en cambio, el escenario es distinto. Los restaurantes amplían el personal, encienden las velas, ponen música y asumen mayores costes. Las mesas se ocupan durante más tiempo —a menudo dos horas o más—, lo que reduce la rotación. En términos económicos, un comensal de noche “rinde” menos que uno del mediodía. Por eso los precios suben. 

En resumen, lo que busca un restaurador francés es equilibrio entre rentabilidad, fidelización y accesibilidad.

No es solo cosa de Francia

Este fenómeno no es exclusivo de los galos. En varios países europeos ocurre lo mismo, aunque con distintos matices.

En Italia, algunos trattorie ofrecen “menú pranzo” con precios reducidos para trabajadores; en Alemania, los Mittagsmenü cumplen una función parecida; y en Suecia, el famoso Dagens rätt (plato del día) cuesta sensiblemente menos si se come antes de las 14 h.

En España también existe la fórmula del menú del día, con un precio medio de 14 €, pero aquí la diferencia entre comer al mediodía y cenar no se nota tanto en el mismo restaurante: lo habitual es que el menú se sirva solo a mediodía y por la noche la oferta sea completamente distinta (carta o menú degustación).

Lo que debes saber si viajas por Europa

Para no llevarte sorpresas, ten en cuenta algunos trucos sencillos:

  • Mira los carteles del mediodía. En Francia, busca la palabra formule midi; en Italia, menù pranzo; en Alemania, Mittagsmenü. Son sinónimo de precio más bajo.
  • Evita las horas turísticas. A las 15:00 la cocina ya habrá cerrado, y por la noche el precio puede subir sin previo aviso.
  • Comprueba si el menú cambia. A veces lo que cuesta 15 € a las 13:00 pasa a costar 23 € a las 20:00 con el mismo contenido, solo por el cambio de servicio.
  • Atento a los suplementos. El pan, el agua o la terraza pueden encarecer la cuenta.
  • Y si viajas con presupuesto ajustado, la mejor hora para comer fuera de España es por lo general el mediodía.

¿Y si no quieres arruinarte?

Para los gourmets ahorradores, hay muchas formas de comer bien sin arruinarse:

Apps como TheFork, Too Good To Go y Karma ofrecen descuentos y permiten ahorrar en comidas no vendidas.

Los bufés libres suelen ofrecer precios imbatibles a la hora de comer (entre 15 y 20 euros), siempre que uno sepa cuándo parar.

Y, por supuesto, preparar la comida en el apartamento de Airbnb es siempre la opción con mejor relación calidad-precio.

Porque comer bien y barato en el extranjero no va de buscar gangas, sino de entender las costumbres y saber elegir.

Adèle PeychesAdèle Peyches
Responsable editorial que ansía el invierno para comer fondue. Apasionada por la gastronomía y siempre en busca de nuevos sabores, estudié derecho antes de regresar a mi primer amor: el gusto por los buenos productos y el placer de compartirlos alrededor de la mesa. :)

Comentarios

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arcadri

Lo ignoraba, muy interesante.

abuso

Luis

Exactamente así!

abuso
Respuesta Petitchef:

Exacto, quien ha comido allí lo entiende enseguida... Es, una costumbre muy francesa que no todos los turistas conocen...