Por qué calentar un vaso de agua en el microondas puede ser más peligroso de lo que crees
Una taza de agua en el microondas, un minuto de espera, y la rutina de cada mañana parece resuelta. Pero basta un simple movimiento, una cucharilla, una bolsa de té, para que el líquido estalle y salpique con fuerza. Lo que debía ser un gesto inofensivo puede acabar en una quemadura inesperada. Sucede en segundos, sin aviso, y deja a cualquiera preguntándose qué ha fallado en algo tan cotidiano. ¿Por qué ocurre y cómo evitarlo? La respuesta está dentro del propio microondas.
Un gesto rutinario que esconde un riesgo
Casi todos lo hacemos: calentar un vaso de agua, un poco de leche o el café que sobró del desayuno, quizá por pura costumbre. De vez en cuando, algo sale mal. No hay burbujas, no hierve, todo parece normal… hasta que el agua salta de golpe. No es una leyenda urbana: la explicación está en la física, no en la superstición.
Los fabricantes lo advierten en sus manuales, pero la advertencia suele pasar desapercibida. En apariencia, calentar una taza de agua parece inocuo. En realidad, es uno de los pocos gestos cotidianos que puede volverse peligroso si no se hace con cuidado.
El fenómeno del sobrecalentamiento
El llamado sobrecalentamiento por microondas se produce cuando el agua se calienta de forma desigual. A diferencia del fuego, que transmite el calor desde la base del recipiente, el microondas actúa directamente sobre las moléculas del agua en todo su volumen.
En esas condiciones, el líquido puede alcanzar más de 100 °C sin llegar a hervir. No se forman burbujas ni vapor visibles, y el agua parece tranquila. Pero basta introducir una cucharilla o una bolsita de té para que la energía acumulada se libere de golpe y el agua salte con violencia.
Un fenómeno poco frecuente, pero perfectamente documentado.
Por qué ocurre sobre todo con el agua
El riesgo es mayor con el agua pura, sin impurezas, porque nada interrumpe el proceso de calentamiento ni facilita la formación de burbujas. En cambio, líquidos como la leche o el café contienen proteínas, grasas y pequeñas partículas en suspensión que ayudan a dispersar el calor, estabilizan la temperatura y reducen el riesgo, aunque no lo eliminan por completo.
También influye el recipiente: los vasos nuevos o muy lisos facilitan el sobrecalentamiento, mientras que una taza usada, con ligera rugosidad o incluso una mínima marca interior, ofrece puntos naturales donde el vapor puede liberarse de forma gradual y segura.
El riesgo real: quemaduras graves
La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) advierte que calentar agua en el microondas sin precauciones puede provocar sobrecalentamiento y salpicaduras peligrosas. Aunque se trata de un accidente poco habitual, las quemaduras pueden ser graves y afectar a manos, cara o vías respiratorias.
El riesgo no proviene solo del líquido: el propio recipiente puede alcanzar temperaturas superiores a las esperadas y causar quemaduras al tocarlo.
No se trata de alarmar, sino de entender el funcionamiento del aparato. El microondas es seguro, pero con los líquidos, su rapidez puede convertirse en su mayor trampa.
Cómo calentar líquidos sin riesgos
No hace falta renunciar al microondas, pero sí usarlo con prudencia. Aquí hay algunas pautas sencillas que reducen bastante los riesgos asociados al sobrecalentamiento de líquidos en el microondas:
- Introducir un palillo de madera o una varilla de vidrio en el vaso antes de calentar: ayudan a liberar el vapor poco a poco.
- Usar potencias medias y tiempos cortos (20–30 s), removiendo entre pausas.
- No tapar completamente el recipiente ni llenarlo hasta el borde.
- Esperar unos segundos antes de mover o beber.
Como orientación, un vaso de 250 ml no debería calentarse más de un minuto a 700–800 W, siempre en dos o tres tandas.
Si hay tiempo, el método tradicional sigue siendo el más estable: un cazo o un hervidor permiten controlar el momento del hervor y ajustar la temperatura con precisión, unos 75–80 °C son perfectos para un té verde.
Paciencia y sentido común
Evitar un accidente es tan simple como calentar por tandas, remover y dejar reposar unos segundos. Un gesto mínimo puede evitar una quemadura seria.
¿Y tú? ¿Alguna vez has visto cómo el agua “salta” al salir del microondas? ¿Prefieres la calma del hervidor o sigues confiando en la rapidez del micro?
Patricia González
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