Ostras gratinadas para Navidad: el entrante elegante que convence hasta a los indecisos

Monday 22 December 2025 13:00 - Adèle Peyches
Ostras gratinadas para Navidad: el entrante elegante que convence hasta a los indecisos

En muchas casas de España las ostras no son tradición fija: son más bien un capricho de fiestas. Se compran cuando apetece “poner algo especial” en la mesa, pero luego llega la realidad: hay quien las disfruta sin pensar y hay quien las mira con distancia. No porque no le guste el marisco, sino porque la ostra cruda impone. Por textura, por costumbre, por esa idea de “esto no es para mí”.

Las ostras gratinadas solucionan ese choque con bastante elegancia. Siguen siendo ostras, sí, pero el horno las vuelve más amables: salen calientes, con una salsa suave y un gratinado que huele a entrante de celebración. Y además tienen otra virtud navideña: parecen un plato de restaurante y, sin embargo, se hacen en un rato.


Por qué funcionan tan bien cuando hay invitados

  • Evitan el “yo cruda no” sin renunciar a servir ostras.
  • Se comen calientes, que en una comida larga siempre se agradece.
  • No te atan a la cocina: se preparan rápido y se sirven al momento.
  • Quedan finas y elegantes sin esfuerzo, que es exactamente lo que una quiere en estas fechas.

Receta de ostras gratinadas

Ingredientes :

  • 6 ostras
  • Un chorrito de aceite de oliva
  • 1 chalota muy picada (o un poco de cebolla, si es lo que tienes)
  • 100 ml de vino blanco
  • 2 cucharadas nata para cocinar (mejor si es espesa)
  • Queso rallado que funda bien
  • Pimienta negra

Preparación:

  1. Abre las ostras. Si puedes, pídelas abiertas en la pescadería: en Navidad también se compra tranquilidad.
  2. En una sartén, pocha la chalota con el aceite a fuego medio, sin prisa, hasta que quede blanda.
  3. Añade el vino blanco y deja que reduzca un poco. Incorpora la nata, mezcla y apaga. Pimienta al final.
  4. Coloca las ostras en una bandeja. Si tienes sal gorda, haz una cama para que no se vuelquen.
  5. Reparte la salsa sobre cada ostra y cubre con queso.
  6. Horno a 200 ºC, 12–15 minutos, hasta que el queso esté bien dorado.
  7. A la mesa, sin esperar.

Es sencillo, es rápido, es delicioso. Y en la mesa, tiene un aire de restaurante sin presiones.

Descubre la receta detallada aquí:

Ostras gratinadasReceta Ostras gratinadas

Las ostras se suelen comer crudas simplemente con un chorreoncito de limón y regadas con un buen vino blanco. Es así como disfrutamos de su intenso sabor a mar. Pero… ¿has probado alguna vez las ostras gratinadas? ¡Son un verdadero manjar! Te...

Dos detalles que evitan disgustos

  • En el horno, no te pases de cocción: la ostra, si se cocina de más, se queda correosa. Aquí buscamos calor y gratinado, no castigo.
  • Sirve poco y bien: con 1–2 por persona como entrante suele bastar. Mejor quedarse corta que convertirlo en una obligación.

Variaciones que funcionan

La regla de oro es sencilla: la ostra manda. Todo lo demás debe acompañar, dar perfume y un poco de brillo, pero sin taparla ni cocinarla hasta dejarla gomosa. A partir de esa idea, estas variaciones son fáciles y salen bien en una cocina normal.

Gratinado “de mantequilla” 

El más agradecido cuando quieres un resultado elegante sin complicarte. Mezcla mantequilla pomada con perejil muy picado, pimienta y, si te gusta, medio diente de ajo (pero pochado previamente o muy, muy mínimo). Pon una nuez pequeña sobre cada ostra y cubre con pan rallado fino. Horno fuerte hasta que dore por arriba (pocos minutos).

Chalota + vino blanco, pero con final de limón

Es la versión “clásica” con un gesto que la levanta. Haz tu salsa de chalota + vino blanco reducido + nata. Al apagar el fuego, añade unas gotas de limón (muy pocas) y un poco de ralladura si te apetece. Gratina con poco queso o, mejor, con pan rallado para que el dorado sea más limpio.

Cava y manzana 

Suena especial y, sin embargo, es facilísima. Sustituye el vino por cava y reduce con chalota. En cada concha, pon media cucharadita de manzana rallada (o una compota muy ligera). Encima, la ostra y un gratinado suave de pan con mantequilla (o un queso muy discreto).

Espinacas y salsa suave

Funciona muy bien con quien se resiste al crudo. Saltea espinacas con un poco de chalota y liga con una cucharada de nata. Pon una cama mínima de espinacas en cada concha, la ostra encima y corona con una cucharada de salsa tipo holandesa rápida (o una mayonesa suave aligerada con un toque de agua caliente y limón, sin que hierva). Gratina solo lo justo para que coja color por arriba.

Adèle PeychesAdèle Peyches
Responsable editorial que ansía el invierno para comer fondue. Apasionada por la gastronomía y siempre en busca de nuevos sabores, estudié derecho antes de regresar a mi primer amor: el gusto por los buenos productos y el placer de compartirlos alrededor de la mesa. :)

Comentarios

Califica este artículo: