Batir los huevos, tamizar la harina, el azúcar glass y el cacao. Juntar todos los ingredientes y batirlos hasta que se forme una crema.
Engrasar un molde y verter la mezcla procurando que quede nivelada uniformemente. Reservar y encender el horno a 160º.
Batir el queso junto con el azúcar glass y los huevos a velocidad baja, para que la mezcla no coja aire, hasta que se hayan incorporado bien todos los ingredientes.
Verter la masa de queso sobre la de chocolate y nivelar. Si queréis con un cuchillo hacer le efecto marmolado: mezclar las dos masas haciendo ascender el chocolate por algunas zonas. Meter en el horno durante unos 50 minutos. Esperar que enfríe y a comer.