Cuando era pequeña me acuerdo que mi abuela prepara una gran olla con caracoles y lo que nosotros llamábamos tropezones (chorizo, lomo, jamón...) y reunía a toda la familia para comer. Como no me acuerdo fielmente de la receta que hacía mi abuela, la he intentado reproducir lo más fidedigna posible.
Lo más laborioso va a ser limpiar los caracoles. Como el pasado mes llovió un poco mandé a mi marido a coger caracoles y lo dejamos en una malla durante una semana para que cagarán y así se limpiarán.
El siguiente paso fue ponerlos en agua con un poco de sal y vinagre para que suelten las babas, se les cambia el agua tres veces hasta que vemos que han dejado de soltar las babas. Es bueno que estén todo un día para que no quede ningún resto.
El siguiente paso es cocerlos, se les da una primera cocción de unos 20 minutos, se les cambia el agua y se vuelve a dar una nueva cocción de otros 45 minutos. Es importante ver que ya no sueltan ningún tipo de baba. Dependiendo del tamaño tardarán más o menos en cocerse, para ello lo mejor es probarlos y ver si están blanditos y si se sacan bien de la concha.
Una vez que tenemos los caracoles listos comenzamos con el sofrito, echamos un poco de aceite en una olla y los dientes de ajo bien cortados. Cuando están casi dorados, se les añade el lomo y el jamón y finalmente el chorizo. Yo utilicé lomo y chorizo de olla y por lo tanto no tuvieron que estar mucho tiempo friéndose, ya que están cocinados, si no añadírselo antes. Como sabéis el chorizo suele soltar bastante grasilla, si queréis reducir el número de calorías del plato se la podéis quitar, pero a mi me gusta dejarla, ya que la salsa es lo mejor de este plato y le da un sabor espectacular.
A continuación, añadís el tomate, un poco de orégano y sal. Lo dejáis cociendo 15 minutos para que la salsa se vaya impregnando de todos los sabores. Mientras tanto podéis ir cociendo los huevos, ya sabéis cuando empiece el agua a cocer los echáis y los dejáis durante 10 minutos.
Una vez que ya ha cocido el tomate, veis el espesor que tiene la salsa a mi me gusta espesa por lo que no le echo vino, pero si la queréis un poco más líquida y con algo más de sabor le añadís un chorro de vino blanco y lo dejáis cocer un poco más.
Una vez que la salsa está a vuestro gusto añadís los caracoles y el huevo duro cortado en trozos o rodajas y lo dejáis todo cocer durante 15 minutos y ya tenéis listos vuestros caracoles. Y tened en cuenta el refrán: “Los caracoles de abril, para mí. Los de mayo, para mi hermano y los de junio para ninguno”.
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